Lo contaba a principios de mes en este mismo foro: El Dream Team del alpinismo vasco -Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo, Mikel Zabalza, José Carlos Tamayo y Ferrán Latorre – partía hacia el Karakorum para intentar escalar el Gasherbrum IV, un ‘casi’ ochomil (mide 7.925 metros) famoso tanto por su belleza como por su dificultad (sólo ha sido escalado cuatro veces, y de ellas, sólo dos a la cumbre principal).
Me habían llegado noticias de que llevaban ya varios días instalados en el Campo Base y hoy, por fin, tras unos cuantos intentos infructuosos, he podido hablar con ellos vía teléfono satélite.
Y lo que me han contado no podía ser mejor: El grupo apenas lleva diez días en el CB, pero les ha dado tiempo a instalar el campo I y a llevar material hasta el campo II, a 6.500 metros. A partir de ahora, su plan es intentar llegar hasta los 7.000 metros, donde quieren instalar el C-III. Y mañana mismo saldrán para arribna, ya que el parte del tiempo les ha garantizado bonanza hasta el domingo.
El navarro Mikel Zabalza fue quien cogió el teléfono, así que él es el que me explicó que el buen tiempo que han tenido desde su llegada (salvo una nevada que les cayó nada más instalarse en el CB) es lo que les ha permitido tener ese ritmo tan rápido a la hora de instalar los campos de altura. “La verdad es que el tiempo ha sido muy bueno y la pared está bastante pelada porque el invierno ha sido bastante seco, así que no hemos perdido el tiempo”, explicaba Mikel.
Sin embargo, esa velocidad en la instalación de los campos ha traído un pequeño cotnratiempo: “hemos ido muy rápido y todavía nos falta un poco para completar la aclimatación. En otras circunstancias, al llegar a 7.000 sería ya suficiente para completarla, pero aquí no se si será suficiente ya que sólo llevamos diez días en el campo base. Alberto (Iñurrategi) se aclimata muy rápido y él ya está preparado. Si por el fuera, tras esta salida que vamos a hacer hasta los 7.000, la siguiente vez iríamos para la cumbre. Pero creo el resto tenemos que esperar un poco más y completar una buena aclimatación, porque el trabajo que vamos a tener por arriba va a ser duro”.
Efectivamente, una vez que salgan para cumbre, su plan es montar el C-IV camino de la cima “y aún seguramente tendremos que vivaquear una noche más entre que vamos y volvemos a la cumbre principal”, explicaba Zabalza. “El G-IV no es un ochomil, pero por la planificación que requiere es como si lo fuera”, añadía.
Por lo demás, el grupo se encuentra perfectamente en todos los aspectos y muy tranquilos, ya que están solos en la montaña y en su campo base, “mientras que en el base del G-I y el G-II (a menos de un día de marcha del CB del G-IV) hay más de doscientas personas”, explicaba indisimuladamente complacido Mikel Zabalza.