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Alex Txikon se queda a 30 metros de la cima del Nuptse

“Yo estoy contento, feliz, orgulloso del trabajo realizado. Estoy ahora mismo con la sensación de haber hecho cumbre. Todos mis compañeros de cordada la están celebrando, y eso que no han llegado tan arriba. Yo he llegado hasta donde humanamente era posible, a 30 metros de distancia de la cumbre principal, ni 10 metros por debajo, pero la arista cimera era una caída segura al vacío: estaba hueca por dentro. Pasar por allí era condenarse a un final trágico, y bastantes tragedias hemos tenido ya esta semana. Yo tengo esa sensación de cumbre, pero que sea Mrs. Hawley la que decida”.

Alex Txikon explicaba así lo sucedido ayer en su segundo ataque al Nuptse (7.861 m.) en compañía de un alpinista británico, otro francés y una alemana. Lo relataba tras descender al campo 3 (6.850 m.), donde ha pasado la noche. Esos metros finales los tenía grabados aún en la retina. «Por suerte, la alpinista alemana que ha subido con nosotros es la asistenta de Mrs. Hawley y ha sacado fotos y ha grabado un vídeo. Así que será ella quien decidirá. Aunque respetaré su decisión, la satisfacción y la alegría que tengo dentro no me la quita nadie».

La jornada comenzaba muy pronto para el único miembro de la expedición ‘Bizkaia Gailurretan/Bilbotik Lhotsera Euskaraz’, que ha podido realizar el ataque definitivo a este ‘casi ochomil’ que apenas cuenta con media docena de ascensiones. José Carlos Tamayo renunció a principios de semana por una lesión en un menisco y Juanra Madariaga ha sufrido diversos problemas fisicos desde que llegó al campo base y ha preferido reservarse para el Lhotse. A las dos de la madrugada (cuatro horas menos en Euskadi) partía el grupo de cinco alpinistas desde el campo 3. Les esperaban nada menos que mil metros de desnivel en un pared de hielo, nieve y roca que no da respiro.

Once horas más tarde, telefoneaba vía satélite desde uno de los innumerable picachos que forman la interminable arista del Nuptse. «Estoy aquí, solo. Ahora llegan mis compañeros. No nos queda nada hasta la cumbre, unos 30 metros, pero me temo que es imposible seguir. Es una caída segura… o casi. Si alguien me acompaña, quiero intentarlo. Si no, para mí esto es más que suficiente. Veo la arista del Lhotse, espectacular, preciosa». Unos minutos después, tras hablar con sus compañeros, anunciaba la decisión. «Estamos aquí mismo, en la cumbre, pero no se puede seguir. La arista está tan venteada que está vacía por dentro, en cuanto la pisemos se cae… Estoy aquí solo, y solo no voy a ninguna parte. Es una caída segura».

Tras otras cinco horas de descenso, de vuelta ya en el campo 3, el alpinista vizcaíno relataba con más tranquilidad la ascensión. “Ha sido muy duro, con mucho viento frío en todo momento. Yo ya conocía el terreno por el ataque de la semana pasada, y he llevado la iniciativa. Ha sido una escalada muy dura, pero he llegado muy fuerte hasta la cima, que tiene tres puntitas, como tres montículos. Hemos hollado las dos primeras, pero la tercera, la principal, era imposible. Estaba ahí, a nada, pero nos hemos dado cuenta de que pisarla era una caída segura, estaba vacía por dentro. Además, en ese momento me han venido a la mente Benantzio Irureta y Alexei Bolotov… Bastantes desgracias hemos tenido ya esta semana. Me quedo con esta sensación de cumbre y con  el gran trabajo que he hemos hecho”, señalaba el vizcaíno.

Uno de los eslóganes de los proyectos de Alex Txikon reza así: “El éxito es tu respuesta a la decepción”. Y el deportista vizcaíno está decidido a predicar con el ejemplo. Lejos de dejarse afectar por el hecho de no poder celebrar ya hoy la primera ascensión de la historia de un montañero vasco al Nuptse (decidirá, como tantas otras veces, la señora Hawley), Alex afronta con una ilusión contagiosa su próximo reto, que es ya inminente: la cima del Lhotse (8.516 metros). “Mañana bajaré al Campo II, y allí espero juntarme con Juanra Madariaga y Jorge Salazar, con los que no he podido contactar por el momento. Si no es mañana, nos juntaremos el sábado. Y el día 20, para arriba, a por el Lhotse. La previsión da una ventana de buen tiempo los días 20, 21 y 22. Yo estoy con muchísimas ganas y me siento muy, muy fuerte. El Lhotse es una montaña altísima y en absoluto la voy a menospreciar, pero es una montaña diferente al Nuptse: mientras aquí hemos tenido que escalar muchísimo, allí habrá mucha cuerda. Soy muy optimista”.

Escalando a 7.150 metros, durante el primer intento a cima, hace una semana.

 

Camino del campo 3. Por encima de Alex, el hielo reluce en la impresionante pared del Nuptse.

 

Alex, en el campo 2. Detrás, el Lhotse.

 

Pared y espolón Norte (por la que ha subido Alex) y la afilada arista cimera del Nuptse. La imagen está tomada desde la cima el Everest.

Por Fernando J. Pérez e Iñigo Muñoyerro

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