Lo han intentado y han llegado hasta donde se lo ha permitido el viento: la arista cimera. Allí, a casi 7.800 metros, han tenido que rendirse al dios Eolo y se han dado la vuelta. «En cuanto asomábamos la cabeza nos tumbaba», explicaba hace apenas una hora vía satélite con su habitual expresividad Juan Vallejo.
El vitoriano, Alberto Iñurrategi y Mikel Zabalza, los tres integrantes de la expedición Naturgas-BBK a la pared sur del Nuptse (7.861 m.), han tenido una jornada agotadora, de las que dejan muescas en el alma. Catorce horas de actividad prácticamente ininterrumpida en las que han encontrado «más dificultades de las previstas», explicaba Vallejo, con la voz seca, entrecortada por una continua tos, tras volver en plena noche al collado situado a 7.100 metros donde tienen instalada la tienda de campaña.
Como anunciaban los partes meteorológicos, su enemigo ha sido el viento. «No nos ha dado ninguna opción. En cuanto hemos llegado a la arista nos hemos dado cuenta de que no teníamos ninguna posibilidad», indicaba. A las 4.30 de la madrugada, los tres alpinistas partían de rumbo a la cima. El fuerte viento que ya dificultaba la marcha se ha vuelto imposible cuando a las 12.00 han llegado al collado previo a la arista cimera, a unos 7.700. . Y se han dado la vuelta. Otras 6 horas de lento descenso, encordados los tres y soportando las fuertes rachas de viento “que nos llegaban por todos lados. Ha sido un día más duro del que preveíamos. Las prediccio nes de viento se han cumplido y sigue soplando fuerte”. Han vuelto al vivac 3 sobre las 18:00/19:00, hora nepalí.
Según el meteorólogo de la expedición, el viento, en cotas altas, se mantendrá en los 100 km/h desde esta noche hasta mañana por la tarde, cuando bajará algo en intensidad hasta los 70 u 80 km /h.
Pero las dificultades provocadas por el viento han ido más allá de impedirles completar la escalada hasta la cima. Las fuertes rachas que soportan les impiden encender el infiernillo dentro de la tienda para derretir hielo y hacer agua, por lo que han sufrido algo de deshidratación.
Tras descansar lo que les haya permitido el vendaval, hoy regresarán al campo base. Será también un día largo. “Llegaremos probablemennte de noche”, dice Juan para cerrar la conversación. Recuperar fuerzas y escrutar los partes meteorológicos para decidir un nuevo intento será su labor durante los próximos días.