Lo han intentado y han llegado hasta donde se lo ha permitido el viento: la arista cimera. Allí, a casi 7.800 metros, han tenido que rendirse al dios Eolo y se han dado la vuelta. «En cuanto asomábamos la cabeza nos tumbaba», explicaba hace apenas una hora vía satélite con su habitual expresividad Juan Vallejo. […]