Mi compañera Sonsoles Zubeldia escribía el pasado 20/12/2008 que ” El histórico desacuerdo vigente a la hora de fijar los límites que separan Vizcaya y Cantabria está un paso más cerca de aclararse de manera definitiva. El Instituto Geográfico Nacional (IGN), dependiente del Ministerio de Fomento, ha arrojado algo de luz al dar por buena el acta de 1925 que sitúa Ontón en tierras cántabras, tal y como defendía el equipo de gobierno de Castro Urdiales. Sin embargo, este dictamen no es definitivo, ya que aún debe pronunciarse el Consejo de Estado.
Pese a todo, ninguno de estos dos informes son vinculantes. Más tarde, el Ministerio de Administraciones Públicas emitirá una resolución final. Y si alguna de las partes discrepa, todavía podrá recurrir ante la Audiencia Nacional.
Por su parte, el alcalde de Muskiz, Gonzalo Riancho, advirtió ayer de que «hay algunas lagunas» en el escrito y anunció que tanto el Ayuntamiento de la localidad como el Gobierno vasco y la Diputación de Vizcaya presentarán alegaciones al dictamen. Para ello, tienen de plazo hasta mediados de enero. Cabe recordar que la comisión que defiende los intereses de Muskiz mantiene que Vizcaya se extiende hasta el río Sabiote, que atraviesa las pedanías de Ontón y Baltezana, en base a una norma que data del siglo XIX.
Los responsables de los dos consistorios implicados han mantenido hasta la fecha numerosas reuniones que sólo han confirmado que ambas posturas son irreconciliables”.
Tres días después surgió una nueva polémica entre Ontón y Muskiz. El alcalde pedáneo de este pueblo dependiente de Castro Urdiales, Javier Gil, se quejaba de la colocación de un nuevo buzón en la cima del Mello (633 metros) (43º18’N 25” 3º09’W00”) 30T 487822 4795028 “porque no procede o en cualquier caso debería haber sido consultada con el Ayuntameinto de Castro, al tratarse de unas tierras en disputa”.
Pues bien, hemos visitado el Mello, de momento una cima que separa dos autonomías, y el nuevo buzón que luce en el centro de la campa (de la que por cierto ha desaparecido una placa en recuerdo de un montañero fallecido) es impresionante. Es una réplica del castillo de Muñatones de hierro muy bien acabada. No molesta y los montes no conocen de fronteras ni de toponimia (vaya esto último para aquellos que están empeñados en rebautizar cumbres).
Foto BORJA MUÑOYERRO