La consellería de Medio Ambiente pidió ayer “calma” tras el primer ataque cometido por un oso a una persona en el Pirineo catalán y ha advertido que antes de tomar cualquier decisión se tienen que analizar en profundidad las causas del ataque.
La osa que ha protagonizado el ataque ha sido identificada como Hvala, que llegó al Pirineo en la última reintroducción de 2006.
En declaraciones a Efe, la directora general de Medio Natural de la consellería de Medio Ambiente, Núria Buenaventura, lamentó estos hechos, envió un mensaje de calma y pidió que no se tomen “decisiones en caliente”. En este sentido, remarcó que en doce años éste ha sido el primer ataque de un oso a un humano, lo que cree que demuestra que el hecho de que un plantígrado ataque a un humano “no es normal” y supone un hecho “muy extraordinario”.
“Antes de tomar cualquier decisión, tenemos que examinar detalladamente qué ha ocurrido”, dijo Buenaventura. Mientras, los agentes rurales ya han iniciado batidas en la zona donde se ha producido el ataque -en la montaña del Portet, a unos 1.200 metros de altura-, para tratar de localizar a la osa y descubrir si ésta sufre algún tipo de herida que pueda justificar su comportamiento violento.
Según Buenaventura, los expertos recomiendan que cuando se esté frente a un oso se mantenga el silencio para no asustar al animal y se hagan movimientos con los brazos para ganar corpulencia y así desistir al plantígrado de un posible ataque.
Mientras tanto, la Asociación de la Oveja Aranesa, que agrupa a ganaderos ovinos y cabrunos de Val d’Aran, se ha sumado a la petición del gobierno aranés de que se retiren los osos reintroducidos en el Pirineo catalán para evitar que se vuelva a producir nuevos ataques a humanos. El presidente de la Asociación, Eric España, explicó a Efe que desde hace años los ganaderos vienen alertando del peligro que supone para las personas y los animales la presencia de osos en las montañas del Pirineo. “Es una pena que haya tenido que haber un ataque a una persona para que la gente se dé cuenta de los peligrosos que son los osos. Llevan años y años matando ovejas y no pasa nada, hasta el día que han agredido a una persona. Por suerte era un cazador e iba armado, pero, ¿que pasa si mañana es una persona que está cogiendo setas la que se lo encuentra?, se pregunta España.
Por su parte, la entidad ecologista Depana ha defendido que la conservación del oso pardo y la caza bien gestionada son “perfectamente compatibles”, tal y como demuestra, explican, la “larga experiencia” en la Cordillera Cantábrica, y en el resto de territorios europeos en donde existe esta especie.
Frente a la petición de que se retiren los osos de esta zona del Pirineo, Depana reclama “prudencia y sentido común al Síndic d’Aran en sus declaraciones y actuaciones” y recuerda a los responsables políticos que el oso pardo es una especie en peligro de extinción declarada de protección prioritaria por la UE y que todos los gobiernos europeos han de velar por su conservación.
Depana califica el suceso de “leve accidente” y añade que, según responsables del seguimiento de esta especie, como la Fundación Oso Pardo, el comportamiento de la osa Hvala respondió al “de un animal que se siente espantado y acorralado y que intenta huir”.
Han explicado que en una batida, “los gritos de personas, tiros y perros son la tónica habitual”, por lo que no se puede asegurar que la osa haya agredido “deliberadamente” a una persona, sino que en todo caso “ha reaccionado a la estridencia de la batida”.
En este sentido, recuerdan que durante los doce años en los que los osos han estado en el Pirineo Central, en concreto en la Val d’Aran, no ha habido ningún ataque a personas. En el Pirineo Occidental (Aragón y Navarra), donde la especie del oso no llegó a desaparecer, no se ha registrado ningún ataque, mientras que en la cordillera Cantábrica, con una población de 150 osos, éstos “conviven perfectamente” con el hombre.
La Fundación Oso Pardo, máximo conocedor de la especie en España, indica -según recoge Depana en un comunicado- que los osos “no atacan nunca a las personas de forma deliberada”. La entidad ecologista recuerda que “desgraciadamente” en los últimos años, dos hembras de oso han sido abatidas por cazadores, y dejaron huérfanos a cuatro oseznos, “sin consecuencias” para los infractores.