Mariano Sánchez, guarda ‘honorario’ del refugio de Cabaña Verónica (Picos de Europa) desde hace 25 años, se encuentra ingresado en el hospital de Liencres, anteriormente lo estuvo en el hospital de Valdecilla de Santander, aquejado de una grave enfermedad pulmonar (El Diario Montañés, 24 junio 2007 y Grandes Espacios , junio 2008, nº134).
Cabaña Verónica es en realidad un iglú metálico de 9 m2 colocado a 2.325 metros de altura, en pleno Macizo Central de Picos de Europa. Su instalación partió de una idea del ingeniero bilbaíno Conrado Sentíes y de su amigo el arquitecto Luis Pueyo, que en 1961 animaron a don Julián Delgado Úbeda, presidente de la Federación Española de Montaña, a comprar una de las cúpulas antiaéreas del portaviones americano Palau, veterano de la guerra del Pacífico, que estaba siendo desguazado en la dársena de Sestao, para desmontarla, trasladarla a lomos de mulo y colocarla en este enclave pétreo y sin agua.
Montañeros españoles, entre los que había numerosos escaladores vascos de la época, ayudaron a subir las piezas por la Horcadina de Covarrobres. El refugio, bautizado con el nombre de una de las hijas del difunto Conrado, fue inaugurado en agosto de 1961.
Años de abandono e incuria lo convirtieron en una ruina, incluso fue incendiado y se llegó a pensar en su demolición, hasta que en1983 apareció Mariano Sánchez. Este montañero tenía entonces 34 años y había sido guarda en Electra del Viesgo. Se lía la manta, abandona Santander, se instala en la cabaña, la adecenta y así ha seguido hasta el pasado verano, cuando se sintió enfermo y aconsejado por unos amigos, los mismos que le ayudaban a subir bebidas hasta el refugio, bajó al valle. Allí, en vista de su grave estado fue ingresado en Santander.
Quizá Mariano, con la salud muy deteriorada por esta larga vida en altura, ya no podrá volver a subir a los Picos de Europa, pero durante todos estos años se ha ganado una merecida fama en el mundo de la montaña. Su labor desinteresada siempre ha ido encaminada a ayudar, socorrer y salvar a montañeros y turistas en momentos de extrema necesidad.
Además su colaboración con el Grupo de Rescate de Montaña de la Guardia Civil ha sido fundamental para rescatar montañeros accidentados, turistas imprudentes y salvar muchas vidas.
Curiosamente, jamás ha tenido ni sueldo, ni Seguridad Social, por lo que en la actualidad depende de la caridad pública, en este caso del Gobierno Regional de Cantabria, aunque en 2004, con asistencia de primeras autoridades regionales, fué homenajeado en la 1ª Gala del Deporte de Montaña de Cantabria.