El Taxus baccata, tejo europeo o tejo común es una especie originaria de Europa occidental, central y meridional, del NO de África y el norte de Irán. Fue el árbol sagrado de los vascones, cántabros y astures. Según los historiadores romanos, estas tribus fabricaban un veneno muy potente con sus pequeñas bayas rojas.
Esta conífera puede crecer hasta 10-20 metros de altura. Tiene un tronco marrón grueso que puede llegar a los 4 metros de diámetro. Es de crecimiento muy lento y puede llegar a vivir la friolera de 4.000 años.
Crece en ambiente húmedos y frescos, en zonas montañosas, en las umbrías, a partir de los 800 metros aproximadamente. Es de gran corpulencia y en condiciones naturales coloniza terrenos apartados. Actualmente en España el tejo suele encontrarse como árbol aislado, en mezcla con otras especies (hayas, robles, pinos silvestres), aferrado a las grietas de los roquedos y formando a veces pequeños rodales.
Desafortunadamente, la lentitud de su desarrollo y germinación lo convierten en una especie poco competitiva que ha quedado relegada a enclaves donde la topografía le favorece.
En nuestra geografía se pueden ver ejemplares aislados en la zona de Gorbea, concretamente hay algunos muy hermosos en Zanburu y Lekanda. También disperso en Itxina y Anboto.
También se encuentra en el extenso y peligroso karst del Parque de Armañón y Los Jorrios y aunque parezca mentira, la garma del Pico Cerredo, sobre Castro Urdiales, esconde numerosos tejos.
En mis paseos montañeros he localizado zonas aisladas, no muy alejadas de Vizcaya (que me cuido muy mucho de descubrir), donde estas coníferas forman verdaderos bosquetes.
Foto Javier Muñoz febrero 2008