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Paseo por las Tetas de Viana

Un refrán popular en Trillo hace referencia a las famosas Tetas de Viana. Dice: “Tetas de Viana, muchos las ven pero pocos las maman”. Se refiere a estos montes gemelos, referencia geográfica de La Alcarria en Guadalajara, y que visibles desde puntos muy alejados, son poco visitadas por los montañeros.
He tenido la suerte de recorrer en estas fechas las solitarias tierras de Brihuega, donde tiene casa el veterano reportero vizcaíno Manu Leguineche, Cifuentes y Trillo, en la comarca que se conoce como la Alta Alcarria. Desde casi todas estas poblaciones la Tetas ( y el humo de las chimeneas de la central atómica de Trillo) ocupaban el horizonte.
Al final me venció la tentación y me arrimé a las Tetas (1144 y 1143 metros). Son accesibles por Trillo, en una larga marcha que comienza a orilla del Tajo (732 metros), y por Viana de Mondéjar.
La subida más corta es la que se inicia en esta segunda población, famosa por su aceite de gran calidad. Una pista de grava sube con fuerte pendiente hasta el collado situado entre las dos Tetas. Una vez allí constatamos que sólo se puede acceder con facilidad a una de las cimas, la derecha. La izquierda requiere material de escalada.
Del collado sube un camino de carros, que luego se convierte en senda pegada a la pared. Nos conduce sin problemas a una escalera metálica en muy buen estado que permite pisar la meseta superior. Es una amplia extensión herbosa, donde destacan las numerosas aves y mariposas que la pueblan. En otro tiempo estuvo cultivada. Excavaciones recientes han descubierto restos de un muro y de un aljibe, señal de que estuvo fortificada en tiempos de la reconquista y posteriores.
Unos cazadores de la zona me aseguraron que hace años tuvo un buzón (?), que fue robado.
El punto más alto se encuentra en el extremo que mira a Trillo y al valle del Tajo. Es entretenido recorrer el perímetro de la meseta (recuerda a las de Arizona) y disfrutar de las vistas. Volvemos por la escalera al collado y de allí sólo nos resta bajar a Viana.
En estas fechas hacía mucho frío, con una temperatura al mediodía que rondaba el bajo cero. En cambio, en verano sólo se puede subir temprano, con la fresca. A partir del mediodía, el termómetro se dispara y es imposible pasear por estos altos so pena de insolación.
La fauna y la flora de la zona están aclimatadas a esta climatología adversa. Durante la excursión vimos corzos y numerosos rastros de jabalíes. También levantaron el vuelo varios bandos de perdices. La vegetación ‘pincha’. Los matorrales más frecuentes son las aliagas, enebros, carrascos y gayubas. Entre los árboles destacan las encinas, algunas de gran porte , y los pinos de repoblación.
El camino de Trillo supone una marcha de 16 kilómetros largos entre ida y vuelta. Está señalizado con las marcas de la ruta SL-1, que nos dejan en la base de las Tetas.
Existe una buena guía de recorridos de senderismo denominada ‘Caminos de la Alta Alcarria’, obra de Ángel de Juan y Manuel Martín. Editores del Henares C.B. 2006.
Camilo José Cela cita las Tetas en su famosa guía para caminantes ‘Viaje a la Alcarria’. Quizá ha sido el primer escritor que ubicar a estas dos cimas calizas en un punto de la geografía. Una vez en Trillo merece la pena subir hasta Cifuentes y disfrutar de su casco urbano. Está coronado por el castillo del infante don Juan Manuel, comenzado a construir en abril de 1324. Pero esta es otra historia.

Por Fernando J. Pérez e Iñigo Muñoyerro

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enero 2008
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