He aprovechado estas fechas navideñas para darme un paseo por La Arboleda y sus alrededores, en concreto por el tramo que va del pueblo hasta el centro de interpretación de Peñas Negras. Pero no por la carretera, sino por el sendero balizado que rodea las antiguas minas (no deja de ser curioso el nombre de Pikuí). Pues bien, he podido constatar los destrozos que causan en el césped las motos de trial. Crean surcos, fomentan la erosión y afean el paisaje. Impresentable en un espacio supuestamente protegido.
El surco producido por las motos se convierte en trinchera en la zona comprendida entre el mirador del pico de La Rasa, (vista excepcional sobre el barranco de Barbadún) y el Pico Ventana.