El diputado general dijo varias cosas en su intervención.
– La primera, que ya no hay dinero para todo en las arcas forales y que hay que priorizar el gasto público. Hasta aquí, nada que objetar. Los ingresos fiscales han descendido casi un 14% como media en el País Vasco en el periodo Enero-Abril y aunque el recorte en Vizcaya es más moderado, está claro que estamos en crisis y que también la Administración pública debe ajustar y priorizar sus actuaciones.
– La segunda, que habida cuenta del problema de ingresos y de la priorización, “suspende pagos” en la financiación del Metro. No me voy a detener demasiado en esta ruptura de acuerdos institucionales, porque lo enmarco en la tarea de oposición que el diputado general de Vizcaya ha decidido liderar frente al gabinete de Patxi López. Retirado de la escena Ibarretxe, el PNV debe decidir en los próximos meses quién será su futura cabeza de cartel y Bilbao no ha sido capaz de aguantar en los tacos. Ha salido tronado en la carrera de 5.000 metros antes de que suene el pistoletazo.
– La tercera, es la preocupante. No pondrá dinero para las obras del Metro, pero exige al Gobierno vasco que afloje la cartera para financiar el nuevo campo de fútbol de San Mamés. A falta de aclaraciones, la petición parece indicar que José Luis Bilbao prefiere que el Athletic de Bilbao –una sociedad privada, no hay que olvidarlo, algunos de cuyos empleados cobran salarios anuales por encima de los 600.000 euros- tenga un nuevo terreno de juego, que los ciudadanos vean mejorada la red de Metro. Dicho de otra manera, que el campo es prioritario y el Metro no. Me temo que aunque me lo expliquen dos veces, no voy a estar de acuerdo.