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Manu Alvarez

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La importancia de Petronor en el presupuesto público


Admito que cualquier desearía para el territorio en el que vive un modelo idílico. Para unos, el paraíso debe ser un sitio lleno de marismas, playas semidesiertas y ausencia de cemento. Para otros, el territorio en el que vivir debería estar plagado de empresas de servicios sin industria. Otros desearían –yo me apuntaría a esta última fórmula en el caso de poder vivir como rentista- que en 100 kilómetros a la redonda sólo existiesen campos de golf y zonas residenciales de baja densidad. Pero quizá, para poder vivir en equilibrio, hace falta un poco de todo. Incluso un poco de industria de esa que no resulta muy agradable.

Tenía yo en la cabeza que Petronor era el principal contribuyente de la Hacienda vizcaína –quizá también de la vasca-, pero una visita a sus instalaciones y una “lluvia de datos” por parte de sus máximos responsables me ha permitido comprobar que, si bien no es del todo rigurosa esa afirmación, la importancia económica real de la refinería que se asienta en el municipio de Muskiz es mucho mayor de lo que yo imaginaba.

Y lo es no sólo por la inversión multimillonaria que ha emprendido hace meses; o por os casi 1.000 puestos de trabajo permanentes que tiene, sino por lo que aporta de riqueza al presupuesto público. De forma directa, según estimaciones de la propia empresa, cada año ingresa unos 500 millones de euros en las arcas públicas, fruto de los impuestos de Sociedades, IVA, etc. Pero la cifra real de su contribución supera el doble de esa cantidad y se acerca a los 1.100 millones. Y ello, porque la existencia de Petronor ha permitido que exista también en Vizcaya –antes en Muskiz y desde hace algún tiempo en Santurtzi- el depósito de combustibles de CLH, convertido en depósito fiscal. Esto es, el punto en el que cada litro de combustible que sale al mercado queda gravado con el Impuesto Especial de Hidrocarburos. La actividad de CLH y sus Impuestos Especiales aportan en torno a 600 millones de euros anuales a las arcas de la Diputación de Vizcaya y, con ello, al conjunto de la Administración vasca. De no existir la refinería, imagino, tampoco estaría en sus inmediaciones el depósito fiscal de CLH.

Más o menos, décima arriba o abajo, lo que Petronor y sus derivadas aportan al Presupuesto público es el 10% de la recaudación total por impuestos que se recauda en Euskadi. Se dice pronto, pero hay que poner un euro sobre otro para darse cuenta de la magnitud. Quizá sirva también considerar que eso supone el 45% del gasto anual de Osakidetza y en torno al 40% de todo el presupuesto del Departamento de Educación para este año.

Si además de su aportación económica, Josu Jon Imaz y los suyos consiguen un día de estos que esa instalación deje de emitir ese aroma a “Octan Essence”, que no es precisamente una fragancia de Loewe, ¡puede ser la leche!

Por Manu Alvarez

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mayo 2011
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