Ahora que está de moda el marketing emocional, hay lazos sentimentales entre esa campaña y el protagonista. Banco Sabadell había encargado a una agencia de publicidad el trabajo de lanzamiento de su Cuenta Expansión, un producto con el que pretenden aumentar de forma significativa su base de clientes en el segmento de ‘economías familiares’. Apenas quince días antes de lanzarla, cuando ya estaba completamente acabada, Guardiola se cruzó en el camino y lo tiraron todo a la papelera. En un almuerzo convenido para otra cuestión, el representante del entrenador trasladó a un directivo del Sabadell que, “aunque no le gusta la publicidad”, estaría dispuesto a dejar que su imagen sea utilizada por este Banco si en algún momento lo consideraban conveniente. ¿Por qué?
El entrenador del Barcelona está ligado al Banco Sabadell desde que tenía 13 años y sus padres le abrieron su primera cuenta de ahorro. Un mecanismo similar al que ha unido tradicionalmente a centenares de miles de vascos con la BBK, Vital o Kutxa. Ese lazo y no la oferta económica que le hicieron fue lo que decantó la decisión de Guardiola de firmar un contrato con el Sabadell por dos años. La cantidad que ha cobrado –me aseguran- no es para tirar cohetes y puede calificarse de “modesta”.
La entidad había previsto inicialmente una campaña muy centrada en Cataluña pero tras los primeros anuncios se dieron cuenta de que habían encontrado un filón y la han extendido a toda España. Quieren cerrar el año 2010 con 200.000 nuevos clientes y… muchos de ellos captados en Madrid.