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Manu Alvarez

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Dividendo Confidencial Nº 30

“Dividendo Confidencial” es una sección fija de este blog dedicada a intuiciones, rumores y otros cotilleos que, por sus características, deficiencias de rigor, etc., no puedan alcanzar el grado de noticia.

Rumor: A finales de la pasada semana, un destacado grupo de empresarios guipuzcoanos invitó a cenar en San Sebastián al presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti. Una decena, más o menos ¿Común denominador entre ellos? Ninguno, que se sepa. Como máximo, tengo para mí que la mayoría son votantes del Partido Nacionalista Vasco, algo que tampoco es extraño en el empresariado guipuzcoano. ¿La razón del encuentro? Un contacto, sin más, con alguien que, intuyen los empresarios en cuestión, ha comenzado a ser un personaje influyente en Euskadi, hasta el punto de condicionar la gestión del Gobierno vasco. Querían escucharle en directo y en ‘petit’ comité.

Marketing: Impresionante el comandante del vuelo de Iberia que pilotaba el avión Madrid-Bilbao, a finales del pasado mes de marzo, en el que viajaba el lehendakari Patxi López; algunos miembros de su Gobierno y varias decenas de empresarios y periodistas, a la vuelta del viaje oficial a Brasil. El vuelo Sao Paulo-Madrid había salido con retraso de la ciudad brasileña y llegó también fuera de hora a la capital de España. Si el tiempo de enlace con el vuelo a Bilbao ya era estrecho, el retraso lo convirtió en un infierno. Apenas veinte minutos para salir del ‘satélite’ de la T-4; pasar el control de pasaportes; el de seguridad y recorrer la interminable terminal para llegar hasta la puerta de embarque asignada al vuelo con dirección a Loiu. Misión imposible. Después de varias carreras y con la lengua fuera, todos accedieron al avión. Cuando aún alterados se sentaban en sus asientos, la voz del comandante dijo aquello de … “señores pasajeros, disculpen el retraso que hemos sufrido. Los pasajeros, hoy, están llegando un poco más lento de lo normal”……… y eso que llegaban corriendo.

Rumor: Hay decenas de pequeñas bodegas en venta en todas las denominaciones de origen. Además de la crisis global, es un fenómeno colateral al ‘ladrillazo’. En las épocas de bonanza inmobiliaria, muchos constructores invirtieron importantes sumas de dinero en uno de esos caprichos tópicos: tener tu propia bodega, unos viñedos y jugar a un Falcon Crest particular. Cuando se trata de caprichos, las inversiones suelen alejarse de los habituales criterios empresariales para dar rienda suelta a la imaginación: edificios que tienen más de castillos que de bodega; inversiones desmedidas al fin y al cabo, para un negocio cuyos márgenes son estrechos y cuya estructura financiera es más bien compleja: inviertes hoy mucho dinero en algo que comenzarás a vender dentro de tres o cuatro años. Ahora que muchos de esos soñadores tienen problemas de liquidez, el cartel de ‘se vende’ está colgado en muchas de esas bodegas. El problema es que, de momento, no hay quien esté dispuesto a comprarlas.

Rumor: La ‘guerra’ del pasivo desatada recientemente por las entidades financieras, a la caza y captura de nuevos clientes pero sobre todo de dinero fresco ha tenido matices curiosos. Uno de ellos, por ejemplo, es el que ocurría en las oficinas del BBVA cuando algún ahorrador aterrizaba a sondear la posibilidad de abrir una imposición a plazo. Así, si el dinero lo iba a trasladar desde el Banco Santander, la oferta era muy superior a si los euros procedían de otro banco o de una caja de ahorros. La guerra no es sólo por el pasivo, sino también por el liderazgo.

Por Manu Alvarez

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abril 2010
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