El concurso, como ya es conocido, fue convocado para un periodo de cuatro años; con un presupuesto de referencia ligeramente superior a los 122 millones de euros y con la vocación de repartir el ‘pastel’. Esta segunda parte hay que relacionarla con el objetivo ‘político’ de evitar el ‘monocultivo’ en el principal cliente de telecomunicaciones del País Vasco.
Ayer se abrieron los sobres con las ofertas y la relación competencia/descuentos es abrumadora. A saber. Allí donde ha habido pocas ofertas, porque pocos eran los que podían ofertar, las rebajas obtenidas son pírricas. Es el caso de la transmisión de datos, servicio para el que resulta determinante disponer de una red propia de fibra óptica. Tan sólo Telefónica y Euskaltel podían optar a este contrato, a sabiendas, además, de que el Gobierno había decidido repartir el lite entre dos operadores. Resultado: la oferta económica de Euskaltel incorpora una rebaja del 6% y la de Telefónica del 2%, sobre el precio de referencia del concurso. Es fácil concluir, incluso, que si sólo existiese un operador con capacidad para ofrecer el servicio, el descuento hubiese sido del 0%.
Vayamos al otro extremo. Allí donde el número de actores potenciales es mayor –es el caso del acceso a Internet- los ahorros obtenidos por el Gobierno van a ser excepcionales. Así, la oferta de Telefónica propone una rebaja del 69% e incluso la de Euskaltel, que ser resulta la más cara, incorpora un recorte del 46%, nada despreciable. Algo similar ha sucedido en la parte del concurso que hacía referencia a los servicios de voz –Telefónica, Euskaltel y Vodafone optaban a quedárselo en un único lote-, donde los ahorros ofertados han estado entre el 34% y el 53%.
Aunque aún no hay una decisión oficial, de un primer análisis de las ofertas económicas y de la valoración técnica de las mismas cabe deducir un reparto de ese pastel entre Telefónica y Euskaltel. A partes iguales o con una ligera prima para la operadora vasca. Ya dijo César Alierta en una reciente conferencia en Bilbao que la presencia de Telefónica entre los proveedores del Gobierno vasco “caería como las balas en la mili: por la fuerza de la gravedad y por su propio peso”. Y tenía lógica su planteamiento.
Pero, llegados a este punto, habrá que reconocerle al Gobierno vasco que impulsó el nacimiento de Euskaltel –por cierto, presidido también por José Antonio Ardanza, hoy máximo responsable de la compañía de telecomunicaciones- y también a quienes han conseguido que se convierta en una compañía con capacidad real para competir en un mercado tan agresivo como el de las telecomunicaciones, que algo hicieron bien. No es el único mérito pero, al menos, fueron capaces de impulsar el nacimiento de eso, de un competidor, cuya sola presencia permite que bajen los precios. El propio Gobierno –al margen de los colores políticos de un momento y otro- va a beneficiarse ahora de ello: se ahorrará más de 22 millones de euros en los próximos cuatro años.