La crisis agudiza el ingenio y también crea oportunidades de negocio. En los últimos meses han proliferado las empresas de nueva creación dedicadas al cobro de deudas. El ‘cobrador del frac’, que nació como franquicia en 1980, tiene ya una amplia competencia.
‘El Zorro Cobrador’ o ‘El Torero del Moroso’ son sólo dos ejemplos de esta actividad que florece cuando otras están de capa caída.
La innovación y la creatividad no tienen límites. El pasado mes de noviembre se constituyó en Logroño una nueva empresa dedicada al cobro de deudas, que ha sido bautizada como ‘El cobrador del Gitano’. El promotor de la iniciativa es un abogado riojano, Carlos Ruiz y dos socios de raza gitana. Más aún, el abogado, en algunas entrevistas que ha concedido en los últimos días ya anuncia que todos los trabajadores de la empresa serán gitanos.
Así las cosas, todo parece indicar que el promotor de la iniciativa ha llegado a la conclusión de que un cobrador de raza calé puede imponer mucho más ‘respeto’ que un par de abogados encorbatados de Uría y Menéndez, por poner un ejemplo. El objetivo, claro está, no es otro que el de ablandar la cartera o la chequera del deudor.
El empresario riojano ha negado esta tesis. Lo contrario hubiese sido extraño. Simplemente, ha argumentado que con su iniciativa va a dar trabajo a muchos gitanos. “Es positivo para ellos porque se les da la oportunidad de tener un trabajo remunerado”, ha asegurado.