Efecto invernadero | Animaladas - Blog elcorreo.com >

Blogs

juanignacio

Animaladas

Efecto invernadero

Parece ser que el planeta se está calentando. También parece que es la actividad humana la principal responsable de tal calentamiento. Por lo visto, el uso sin freno de combustibles fósiles en la industria, la calefacción y la automoción ha sido el principal factor responsable del calentamiento. La utilización de combustibles fósiles da lugar a la producción a gran escala de CO2 y otros gases que ejercen el denominado “efecto invernadero”, efecto cuya consecuencia directa consiste, al parecer, en el calentamiento de la amósfera.

Pero ocurre que no son los combustibles fósiles los únicos responsables de la liberación a la atmósfera de los gases que generan el efecto invernadero. Lo cierto es que el ganado también es responsable en una medida nada desdeñable de ese efecto, y lo es por culpa de una característica de su fisiología digestiva. Los mamíferos rumiantes liberan a la atmósfera, como producto de la digestión, metano y óxido nitroso, y ambos producen un intenso efecto invernadero. Habrá quien piense que esto es una exageración, pero quien eso piense está equivocado.

Si consideramos la producción total mundial, el 18% de los gases con efecto invernadero son producidos por el ganado. Para valorar lo que significa esta cifra ha de tenerse en cuenta, por ejemplo, que todas las modalidades de transporte juntas no producen tanto volumen de estos gases. Es, por lo tanto, un efecto de gran magnitud. Y si nos fijamos en algunos países en concreto, la contribución relativa del ganado a la liberación total de gases con efecto invernadero es enorme. En Nueva Zelanda, que es el país donde este fenómeno tiene una mayor importancia, el ganado es responsable de la mitad de la producción de estos gases. La culpa la tienen 34’2 millones de ovejas, 9’7 millones de vacas, 1’4 millones de ciervos y 155 mil cabras.

Veamos ahora a qué obedece este fenómeno. Los herbívoros rumiantes como la vaca y la oveja tienen un estómago pregástrico denominado rumen. El rumen es una especie de reactor microbiano: millones y millones de microorganismos simbiontes digieren los materiales vegetales que las enzimas propias del herbívoro no pueden degradar. Como consecuencia de esa digestión microbiana se producen tres tipos de sustancias, principalmente: ácidos grasos, dióxido de carbono e hidrógeno. Los únicos productos que resultan útiles para el animal son los ácidos grasos, por lo que son absorbidos y pasan al torrente circulatorio para su almacenamiento o utilización metabólica. Pero dióxido de carbono e hidrógeno carecen de interés para el ganado. Sin embargo, hay otros microorganismos simbiontes que sí pueden utilizar esas dos sustancias y al hacerlo, generan metano.

No se trata de un problema menor, y esa es la razón por la que este asunto ha sido objeto de atención y está siendo investigado. Una de las investigaciones en curso, por ejemplo, persigue desactivar los microorganismos metanogénicos. De conseguirlo, serían otros microorganismos los que utilizarían el CO2 y el H2 que dejarían de aprovechar los anteriores. Podrían ser microorganismos que producen acético a partir de esas sustancias; son muy abundantes en el intestino de los marsupiales, aunque también los hay, en densidades muy inferiores, en los rumiantes.

Ciertamente se trata de un problema serio, y lo puede ser aún más en el futuro, ya que se estima que la demanda de leche y de carne se duplicará durante los próximos cuarenta años. La satisfación de esa demanda o de una parte sustancial de la misma requeriría incrementar de forma notable la producción de ganado, lo que a su vez supondría una importante intensificación del efecto invernadero. Dado que los canguros casi no producen metano, hay quien ha sugerido recurrir a estos animales para sustituir en la medida de lo posible la fuente de carne. También hay quien opina que quizás habría que reducir de forma significativa el consumo de carne. No sólo genera los problemas vistos aquí; además la producción de carne detrae enormes cantidades de cereal de la oferta para el consumo humano.

Por Juan Ignacio Pérez

Sobre el autor


noviembre 2009
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30