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El tiempo es oro

En la entrada “Los depósitos de agua de las ranas” me ocupé de la rana Cyclorana platycephala. Aquí me referiré a otra especie del mismo género, la rana australiana Cyclorana alboguttata. Como su prima C. platycephala, C. alboguttata también vive en zonas muy áridas, y pasa la mayor parte del tiempo dentro de una especie de capullo protegido por una cubierta de barro. Emerge del capullo cuando llegan las lluvias de verano, pero como en algunos veranos no llega a llover, puede pasar meses e incluso más de un año dentro del capullo en estado de estivación.

La mayoría de los animales que permanecen inactivos durante largo tiempo experimentan atrofia muscular, y algo similar ocurre con el sistema digestivo. Como vimos en el caso de la reinita rayada , el aparato digestivo de ese pájaro se atrofia durante la migración, de manera que la energía que ahorra de esa forma, la puede dedicar al vuelo. Esos estados de atrofia son favorables, pues ayudan a ahorrar recursos energéticos y de otro tipo, pero también tienen sus contrapartidas. En estado atrofiado no pueden utilizarse ni músculos ni sistema digestivo cuando retornan las condiciones ambientales favorables o, en el caso de las aves migradoras, cuando finaliza su viaje; necesitan un cierto periodo de tiempo para restablecer totalmente su funcionalidad.

Por esa razón, parece lógico que a las ranas australianas que permanecen tanto tiempo dentro de un capullo les ocurra algo similar. Y sin embargo, no es ese el caso; no les ocurre nada parecido. Cuando llega la lluvia se encuentran en perfectas condiciones para moverse y para alimentarse, puesto que así lo hacen con total normalidad. Al parecer, gracias a mecanismos que se desconocen, la actividad de las células musculares y digestivas se mantiene relativamente alta durante la estivación y lo sorprendente es que ello no conlleva excesiva actividad metabólica ni, en consecuencia, excesivo gasto energético. De hecho, el metabolismo se reduce en el momento en que empieza la estivación y en cuestión de pocas semanas baja hasta llegar a ser el 20% del valor correspondiente al modo de vida activo de las ranas. Hay que tener en cuenta, además, que incluso ese valor es, de suyo, relativamente bajo. Es evidente que la actividad metabólica de esas células es de una gran eficiencia, puesto que son capaces de desempeñar sus funciones utilizando muy poco oxígeno y muy poca energía. Como he señalado antes, se desconocen los mecanismos que permiten esa altísima eficiencia metabólica, pero parece ser que están relacionados con unas especiales características del metabolismo mitocondrial.

Por Juan Ignacio Pérez

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diciembre 2010
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