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La planta solar animal

Elysia chlorotica es un limaco marino, pero es extraño, no es un limaco marino normal. Es lo más parecido a una planta solar que puede encontrarse en el reino animal. Podría decirse también que es el animal más parecido a una planta que se conoce. Eso es, al menos, lo que opina James Manhart, investigador de la Texas A&M University.

Las plantas toman la luz solar gracias a unos orgánulos celulares denominados plastos y la convierten en energía química mediante un conjunto de procesos a los que, en su conjunto, denominamos fotosíntesis. Como es bien sabido, los animales no son capaces de realizar la fotosíntesis, razón por la cual han de satisfacer sus necesidades de energía consumiendo plantas u otros animales. Sin embargo, este limaco de mar es diferente del resto de los animales. Su principal fuente de alimento es un alga, una en concreto. Tras practicar un corte en su superficie celular, succiona su citoplasma y digiere la mayor parte del mismo. Pero hay una parte que no digiere, ya que respeta los plastos, los guarda.

Esos plastos que no han sido digeridos mantienen su capacidad para realizar la fotosíntesis, y es esa actividad fotosintética la que produce la materia que constituye el alimento de Elysia chlorotica. Eso es lo que hace que Elysia sea como una planta solar, ya que, al igual que las plantas, es capaz de producir su propio sustento.

El limaco marino depende completamente del alga para vivir. Al principio, en las primeras fases de su ciclo vital, necesita el alga, como alimento, para crecer y alcanzar la madurez. Y después, una vez ha conseguido incorporar suficiente cantidad de plastos, obtiene gracias a ellos la energía y los nutrientes que necesita para vivir. Una vez ha obtenido la autonomía energética, puede permanecer con vida durante nueve meses, capturando luz solar y realizando la fotosíntesis, de la misma forma a como hacen las plantas.

En la entrada titulada “Buenas razones para tomar el sol”, conté la historia de un gusano que toma el sol. Podría pensarse que aquélla y esta son historias iguales o muy similares. No lo son. El gusano que toma el sol ingiere algas, como hace este limaco marino. Sin embargo, una vez ingeridas, las mantiene íntegras, porque establece una relación simbióntica con ellas. El limaco marino, sin embargo, no mantiene simbiosis alguna. Lo que hace es que, una vez ingeridas las algas, utiliza sus plastos en su propio beneficio. Las algas ingeridas por el limaco, al contrario que las ingeridas por el gusano, no obtienen ningún beneficio. Además, en el caso del gusano, eran las algas las que realizaban la fotosíntesis, mientras que es el limaco el que la realiza en este caso; lo hace gracias a los plastos que contenían las algas ingeridas, sí, pero es él el que la realiza, porque las algas, de hecho, han dejado de existir.

Nota: Esta historia la dio a conocer la Texas A&M University el 3 de diciembre de 2008. Para más información puede consultarse la nota “Solar-powered Sea-slugs Live Like Plants” en Science Daily.

Por Juan Ignacio Pérez

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