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Jon Garay

Aletheia

¿Os apetecen unas Fontaneda Digestive?

¿Ven esta atractiva y bien diseñada caja de galletas? Seguro que conocen las galletas Fontaneda y este producto en concreto. Son las Digestive y son, con esa fina capa de chocolate que cubre una de sus caras, realmente deliciosas. Pues bien, este post no trata de asuntos culinarios, sino de publicidad engañosa.

Entre las características que se refieren en este envasado, el fabricante subraya que ” desde 1881, en Fontaneda somos expertos en nutrición”, que “las Fontaneda Digestive son ricas en cereales” y que “tienen el 30% menos de grasas saturadas” respecto a la receta de sus predecesoras. Si a ello le sumamos el nombre del producto, “Digestive”, la deducción es clara: se trata de un producto saludable desde el punto de vista nutricional y, dado su nombre, adecuado para ayudar al proceso digestivo. He aquí el error: “la palabra ‘Digestive’ -advierte el fabricante en la solapa inferior- no significa que la galleta contiene características dietéticas digestivas”.

Evidentemente, no es un engaño en toda la extensión de la palabra. La advertencia está ahí, pero parece claro que el conjunto del envoltorio juega con la idea comúnmente extendida que asocia cereales con mejoras en el proceso digestivo. Además, si ‘Digestive’ es sólo un nombre -por cierto, no es un false friend; en inglés significa lo mismo que en castellano- podían haber evitado cualquier confusión con denominaciones como ‘Supreme Fontaneda’ (o ‘Créase esta publicidad de Fontaneda’). Total, son sólo nombres.

Por supuesto, no es Fontaneda la única marca que recurre a estas argucias. AMD, el rival de Intel en el mercado de microprocesadores, denomina a muchos de sus productos de la forma que sigue: AMD Athlon 2800+. Uno podría pensar que el dichoso número se refiere a la velocidad del micro, un factor clave para elegir este componente hasta la aparición de los núcleos múltiples, pero no, es, de nuevo, un simple nombre. Como en el caso anterior, no se puede decir que mientan, porque esta empresa no dice que ese número sea indicativa de nada -en Intel sí lo es-, pero sí que podían utilizar otra nomenclatura para evitar malentendidos.

Como la salud es un tema excelente para promocionar las ventas, las marcas utilizan este arma a destajo. Los anuncios de bebidas que ayudan a contener el colesterol invitan a pensar que basta con beberse un pequeño yogur para contener al que se ha convertido en uno de los principales males para la salud. Lo curioso es que en los anuncios televisivos pasa por debajo una advertencia que señala que una vida saludable y una dieta sana deben compaginarse con el consumo de este producto. Claro, lo que sucede es que de cumplirse estos dos requisitos, probablemente no sería necesario comprar Benecol y o alguno de sus hermanos de causa. Por eso esta advertencia pasa a velocidad digna de mejores causas, porque su negocio, lógicamente, perdería sentido de tomarse estas precauciones.

Pero hay un caso todavía más llamativo. Se trata de un anuncio de gelatinas Royal . En él aparece un niño ante una montañita de untuosa gelatina roja que en breve va a pasar al tracto digestivo del infante. Una voz femenina comienza a destacar las características del producto -entre ellas, cómo no, su 0% en materia grasa-, en un discurso más dirigido a los padres que al menor, al que sólo le interesa lo sabroso que parece ser la dichosa gelatina. Lo llamativo de este ejemplo es que como primera característica, se señala que es la gelatina tiene proteínas -claro, es que básicamente es colágeno, una molécula proteica- y aminoácidos, lo cual es una redundancia, porque las proteínas son cadenas de aminoácidos. En otras palabras, es como si nos vendieran un coche diciéndonos que es un automóvil y que tiene cuatro ruedas. Es lo mínimo que cabría esperar, lo mismo que que la gelatina tenga proteínas y aminoácidos.

Lo curioso de todo ello es que Promarca, la asociación de firmas líderes de alimentación, bebida, droguería y perfumería, lanzó una campaña en la que destacaba valores como compromiso, seguridad y calidad frente a las marcas blancas. Particularmente admiro la creatividad y sagacidad de los publicistas para vender sus productos, pero ¿qué cabe pensar de las citadas garantías ante algunos de los ejemplos expuestos?

P.D. Perdón por la mala calidad de la primera imagen

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