Bélgica lleva sin gobierno ocho meses como consecuencia de la incapacidad de sus políticos para ponerse de acuerdo, algo por otra parte difícil en un país escindido por dos comunidades no demasiado bien avenidas. ¿Qué hacer para dar con una solución? Marleen Temmerman, una senadora socialista, ha instado a las mujeres de los políticos a “cerrar las piernas”, es decir, a dejar a sus maridos sin sexo hasta que lleguen a un acuerdo. Medida llamativa, sí, pero no novedosa, porque está inspirada en ‘Lisístrata’, una de las comedias del gran Aristófanes. En ella, en una circunstancia mucho más terrible como fue la Guerra del Peloponeso -la que enfrentó a Atenas y Esparta durante más de veinte años en el siglo V a.C-, Lisístrata, un valeroso personaje femenino cuyo nombre significa ‘la que desarma ejércitos’, propuso a sus congéneres esto mismo, una huelga sexual que empujara a sus belicosos esposos a terminar con un enfrentamiento que estaba agotando a toda Grecia.
Lisístrata: “Sí, en nosotras está la vida de la ciudad o el que deje de existir, por Zeus” (…)”
Cleónica: “¿Pero qué cosa sensata o brillante podrían hacer las mujeres, que nos estamos en casa bien pintadas, con nuestros vestidos cobre azafrán, bien arregladas, con nuestras cimbéricas (una prenda de origen asiático de la que sólo se sabe que caía recto, es decir, que no tenía cinturón), cayendo rectas y nuestros zapatos?
Lisístrata: “Esto mismo es lo que confío en que nos salve, los vestiditos de azafrán y los perfumes y los zapatos y la orcaneta (planta de la que se obtenía un tinte rojo) y las camisitas transparentes” (…) ¿Queréis entonces, si encuentro una artimaña, poner fin conmigo a la guerra? (…) Pues bien, debemos abstenernos del cipote”
Así de directo era Aristófanes. Todas sus comedias están trufadas de humor, sarcasmo, dobles sentidos y críticas a políticos. Esta comedia, representada en el año 411 a.C, terminó arreglándose, pero no así la guerra, que se prolongó durante siete años más. Y es que pese a los estereotipos, los griegos de la época clásica se pasaban bastante más tiempo guerreando que pensando en la filosofía.