Una calurosa noche de verano de 1996, las cámaras de televisión enfocaban la fila de participantes de la final masculina de los 10.000 metros de los Juegos de Atlanta. La mayor parte de los atletas permanecían, como suelen, concentrados y solo cambiaban su rictus para saludar escuetamente a la cámara cuando les llegaba su turno. […]