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Eva Prieto Gómez

Tackle With Heels

Tan cerca y a la vez, tan lejos

Si había un momento preciso para dar ejemplo de respeto y deportividad entre ambos clubes, ese era hoy. Los mensajes ‘Justice’ y ‘The Truth’ de los impresionantes mosaicos cubrían las gradas y se formaba una atmósfera espectacular. El estadio del Liverpool se preparaba para rendir homenaje y Ryan Giggs era el encargado de liberar 96 globos rojos al cielo de Anfield, en memoria de las víctimas de Hillsborough. La tristeza y el dolor se apoderaban del legendario estadio mientras sonaba, con más fuerza que nunca, “You will never walk alone”.

Los máximos rivales del fútbol inglés tenían la responsabilidad de dejar de lado las cuestiones personales y así lo hicieron, comenzando por el apretón de manos entre Patrice Evra y Luis Suaréz, que aparcaron sus diferencias.
El Liverpool comenzó dominando el encuentro y creando ocasiones de peligro, aunque le faltó pegada. Tras una dura entrada, Shelvey fue expulsado en el minuto 40, dejando a los ‘Reds’ con un hombre menos. El partido se fue al descanso con empate a cero. Al comienzo de la segunda parte, Steven Gerrard abrió el marcador pero poco duró la alegría en el conjunto ‘Red’ porque en el minuto 51, el brasileño Rafael da Silva empató el partido con un gran zurdazo. Los de Ferguson sentenciaron a diez minutos del final cuando Robin Van Persie transformó una pena máxima cometida por Johnson sobre Valencia, dejando así, a su eterno enemigo en el fondo de la tabla.

La rivalidad entre ambos sobrepasa lo meramente deportivo. La hostilidad surgió durante la época de la Revolución Industrial, a principios de 1800, cuando Manchester se posicionaba como una gran ciudad industrial. Su crecimiento se vio beneficiado por la gran cercanía de Liverpool, ya que las materias primas llegaban a través de su puerto. Entonces Liverpool puso un impuesto a todos los bienes y mercancías que entraban y Manchester decidió edificar el Manchester Ship Canal, una construcción artificial que convirtió la ciudad en un gran puerto comercial. Ese fue el principio de la enemistad. Ambas ciudades poseen un importante legado y comparten grandes similitudes a través de su historia, sus enormes contribuciones a la música, la cultura o el deporte. Pero, sobre todas las cosas, su gran semejanza es la pasión por el fútbol, escenario donde la rivalidad ha traspasado límites y se ha convertido en ‘vendetta’.

Se enfrentaron por primera vez en 1906 y desde entonces, no han cesado las muestras de odio y resentimiento. Ambos son los que más trofeos han ganado para el fútbol inglés, concretamente 60 títulos el Manchester United y 59 el Liverpool. Están considerados dos de los equipos más grandes de Inglaterra; aunque en la historia reciente hay un claro ganador, el conjunto del escocés más famoso del mundo: sir Alex Ferguson. En 1986, el técnico asumió el mando de los ‘Red Devils’ con un claro objetivo: destronar al Liverpool. Un reto que ha logrado con creces; aunque el Liverpool puede presumir de ser el conjunto que más títulos europeos ostenta de toda Inglaterra.

En numerosas ocasiones la enemistad ha mostrado su peor cara, la de la más absoluta crueldad. Sucesos como cuando, en 1985, Ron Atkinson salió del autobús para entrar en Anfield y los hinchas del Liverpool le dispararon gases lacrimógenos, gestos como el de un aficionado del Liverpool que pidió un autógrafo a Ryan Giggs y lo rompió delante suyo, cánticos haciendo referencia a horribles tragedias, ensombrecen y empañan el gran espectáculo deportivo. Aunque, la intensa confrontación también se ha extendido a los jugadores. Wayne Rooney confesó, en una entrevista concedida al canal oficial del club, su odio por los ‘Reds’. En un reportaje, Steven Gerrard mostró su colección de camisetas de todos los equipos rivales, a excepción del Manchester United. La pasada temporada, Luis Suárez y Patrice Evra protagonizaron una agria polémica por los insultos racistas que Suárez propició a Evra y que reavivó el conflicto. Sin ir más lejos, durante el encuentro de liga del pasado fin de semana contra el Wigan, los fans del United cantaron consignas contra el Liverpool, una actitud que Ferguson criticó duramente y les instó a comportarse con dignidad.

Desgraciadamente, las dos entidades tiene algo más en común: ambas se han enfrentado a la pérdida. El 6 de febrero de 1958, el vuelo 609 de la British European Airways, donde viajaba la plantilla del Manchester United al completo, se estrelló contra el aeropuerto de Munich-Riem. Fallecieron 23 personas. El Liverpool vivió uno de los episodios más oscuros de su historia en la tragedia de Hillsborough, el 15 de abril de 1989. 23 años después, se ha descubierto que la policía manipuló testimonios, camufló errores y encubrió su ineptitud en la peor tragedia del fútbol británico.

A pesar de la derrota sufrida por el Liverpool ante los ‘Red Devils’, los dos equipos han olvidado sus desavenencias para mostrar un mensaje de unión ante la tragedia. Un gesto de solidaridad que no deja indiferente a nadie y que, una vez más, muestra la grandeza del fútbol.

Liverpool y Manchester. Dos ciudades unidas por su gran adoración al deporte rey con dos aficiones enemistadas de por vida. Tan cerca y a la vez, tan lejos.

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