Niños y adolescentes. ¿Límites al uso de Internet?
La semana pasada tuve la ocasión de leer un estudio publicado por el Foro Generaciones Interactivas en el que se dice que Internet supera ya a otras pantallas (televisión y móvil) en las preferencias de niños y jóvenes con edades comprendidas entre los 6 y 18 años en España.
En un principio y como hecho objetivo, podríamos pensar que este dato es francamente positivo y que, en pocos años, hemos hecho los deberes en un tema tan importante como es la expansión yla “socialización” de las nuevas tecnologías de la comunicación pero… ¡Espere! El estudio va más allá, resaltando también otros muchos datos que, en mi opinión, parecen preocupantes al afectar a la educación y comportamiento de los más pequeños:
El 61% de los niños navega solo mientras que el porcentaje sube hasta el 85,5% entre los adolescentes.
El 70,2% de los niños y adolescentes reconoce que ha aprendido a navegar de forma autónoma, mientras que el 16% ha sido enseñado por sus padres y el 7% por sus profesores.
El 70% de los menores afirma utilizar las redes sociales y casi el 40% de los menores internautas poseen página web propia o han generado alguna vez contenidos en la Red.
Un 8% reconoce haber recibido imágenes o mensajes ofensivos a través de la Red.
En cuanto al tiempo dedicado a utilizar Internet, lo más habitual es que se sitúe entre una y dos horas los días lectivos y se incremente los fines de semana, cuando el 34,5% supera las dos horas.
Con estos datos en cima de la mesa, lanzo una serie de preguntas:
¿Es esto lo que queremos para nuestros hijos e hijas?
¿Por qué nos llevamos las manos a la cabeza en multitud de ocasiones diciendo eso de “como vienen las generaciones futuras” y no tomamos cartas en el asunto?
¿Dejaríamos solos a nuestros hijos, sobrinos, etc… en un espacio gigantesco donde sabemos que acechan los peligros? ¿Por qué, entonces, les dejamos solos en Internet?
Al igual que les enseñamos otras muchas cosas importantes para andar por la vida… ¿Por qué no les educamos en el buen uso de internet?
Creo que es necesario y de sentido común que cada uno de nosotros adquiera un compromiso con sus hijos e hijas para fomentar y garantizar (No prohibir) un uso adecuado, libre y responsable de Internet.
Para ello, ¿Cuál debiera ser nuestra actitud?
Aquí dejo una serie de consideraciones que escuché hace tiempo y que en mi opinión pueden ayudarnos a avanzar en la educación libre y responsable en este campo.
Educar en la libertad y la responsabilidad. Internet está muy bien pero hay que usarlo con medida. Nosotros, como siempre, somos su mejor ejemplo.
Situar el ordenador en un lugar común de la casa.
Definir el tiempo diario o semanal de utilización del ordenador.
Implicarnosy disfrutar con la utilización de estos medios con nuestros hijos. No podemos desentendernos diciendo “de esto no entiendo” o “esto son cosas tuyas” en un tema que va a influir en su educación y crecimiento como personas.
Actualmente los hijos tienen claro que se disfruta utilizando las nuevas tecnologías pero debemos enseñarles también a disfrutar sin ellas fomentando el deporte, las relaciones con amigos al aire libre.
Utilizar algún filtro de Internet para proteger a nuestros hijos. En una encuesta reciente se mostraba que el 90% de los ordenadores en España tienen instalado un antivirus y sólo el 10% poseen un filtro de Internet. Da la sensación de que estamos muy preocupados porque nuestro ordenador no “enferme” y sin embargo no estamos igual de concienciados para proteger la “salud educacional” de nuestros hijos.
Evitar que nuestros hijos utilicen los chats abiertos de Internet. Si quieren chatear con sus amigos orientarlos hacia los chats cerrados (el conocido Messenger) donde el grupo está definido ya que para incorporar a un nuevo miembro alguno de los actuales miembros lo tiene que autorizar. Aún así es conveniente estar vigilantes por la posible aparición de intrusos que pudieran infiltrarse en el grupo de chat.
Insistir a nuestros hijos en no dar información personal, no quedar con gente desconocida a través de un chat y hacerles conscientes de que en un chat se miente mucho. Ésta sería la versión actualizada del tradicional “no abrir la puerta de casa a desconocidos”·.