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Óscar Terol

Se abre el Terol

Soka-tira

Ay la Soka-tira, qué afición tenemos aquí al jueguecito. Que si yo Euskadi, pues yo Euskal Herria; yo no juego, pues yo te lo suspendo; yo digo, yo contradigo; yo – yo

Observemos: yo-yo

Observemos más de creca: yo—–yo

Un poco más: yo————————yo

Igual, el día que atemos la cuerda a un espejo y veamos que absurdo es estirar contra nosotros mismos, algo cambiará. En fin.

Buenos días, hermanos. Hoy tengo rodaje de la película “Sukalde Kontuak” de Aizpea Goenaga, hago un papelito. Salgo en un minuto. Os hago un aliño rápido de ensalada de lechuga y vosotros le ponéis la carne y el postre (a ver si esta vez sin guinda).

TRES COSAS:

La una: Si os apetece, y a tenor de los comentarios de ayer, podemos enviar fotos de los belenes privados, de los de cada uno de nosotros, o del árbol, o de esas decoraciones de puerta de entrada. La Navidad saca al artista experimental que todos tenemos dentro, puede ser una experiencia importante. Vosotros decidís.

La otra:


La reotra: El artículo de hoy

Confianza

De esta época convulsa que nos envuelve con su cara mala y dura, poco podemos sacar en claro. Ni los pescadores expertos están aprovechando las bendiciones del río revuelto, o por lo menos eso os están haciendo creer a los bañistas. Algunos, a estas bajuras, ya sin ropa que guardar, toda mojada o arrastrada por la corriente. Las teorías son a posteriori, como en el fútbol, los brujos no se pronuncian y todos esperamos que pase esta arritmia para que los que eran pobres lo sigan siendo y los de clase media no pasemos miedo. Los millonarios, mientras tanto, se entretienen en el casino de turno y oficio. Vamos a contrapié como un recluta malo. Pero hasta el caos deja su poso de conocimiento para el que o quiera ver. Hay una palabra que se repite mucho últimamente: Confianza. Nos aseguran que la economía es una cuestión de confianza. Es decir, de creer sin tener todas las pruebas, por decirlo de otra manera; de fe. Don que, hasta que hemos sido inocentes, únicamente era necesario, e indispensable, en los niveles espirituales, en nuestro ámbito privado y para la práctica religiosa. La paradoja es tan mayúscula que, hoy, no se cansan de afirmarnos sin sonrojo, que la falta de fe está causando los estragos en la economía. Escasean las vocaciones comerciales, hermanos. Fe, o confianza, que no depositaron nunca en mi, ni en usted, los banqueros a la hora de concedernos el crédito; tuvimos que demostrarles con números nada etéreos nuestra solvencia. Que nos roben la cartera, bien, pero que no nos vuelvan locos, que un día de estos nos cuentan la milonga de que Dios es una ecuación exacta y el alma se puede trasplantar. Y digo yo, ¿no estaremos adorando al becerro de oro como sustituto de nuestro vacío existencial? Yo por si las moscas, me voy a declarar ateo numérico, que me borren de esa secta. No iba mal encaminado Santo Tomas, que hasta que no vio, no ingresó su fe en la cuenta. Amén.


Bueno, que vaya bien el día. Un abrazo. yYsoltar la cuerda, veréis lo gracioso que es comprobar que los del otro lado se caen al suelo empujados por su propio esfuerzo.

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Un espacio para el intercambio de humor. Por Oscar Terol

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