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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

La salud y los árboles

Fue en la zona de los Grandes Lagos, en Estados Unidos y Canadá, y, en concreto, en Michigan y en Windsor, Ontario, donde primero se identificó al escarabajo esmeralda como la causa del deterioro y muerte de los fresnos, árboles del género Fraxinus. El escarabajo esmeralda, Agrilus planipennis, que recibe ese nombre por su brillante color verde, es un insecto procedente de Asia, que perfora el tronco y las ramas de los fresnos para poner sus huevos en el interior. Cuando eclosionan de 7 a 10 días después, las larvas se alimentan de la madera y van dañando el árbol que muere en unos 3 o 4 años. El escarabajo no tiene un sistema de dispersión fácil pero el hombre contribuye a que aumente su área de distribución. Se mueve con transportes de leña, de material de viveros, troncos no procesados y en la madera quemada en incendios forestales.

El resultado es que los fresnos, uno de los árboles más extendidos de Norteamérica y, además, de los más populares (de su madera se fabrican los bates de béisbol), están desapareciendo. Como nos cuentan Geoffrey Donovan y sus colegas, del Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de Estados Unidos en Portland, desde hace años se conoce la relación estrecha entre el entorno natural y la salud humana y, si ahora se calcula que el escarabajo esmeralda ha exterminado unos 100 millones de fresnos desde 2002, quizá se pueda encontrar alguna relación entre esta desaparición de árboles y la salud humana.

Por tanto, el grupo de Donovan investiga la desaparición de los fresnos en grandes zonas alrededor de los Grandes Lagos y la incidencia de enfermedades cardiovasculares y respiratorias en los mismos lugares. Utilizan datos de salud pública obtenidos entre 1990 y 2007, en 15 estados y, en ellos, en 1296 condados que son las unidades territoriales donde se recogen las cifras anuales de salud pública. En total las observaciones analizadas son 21080. Los autores, con estos datos de salud pública más las tasas de mortalidad del gobierno federal, relacionan la presencia o ausencia del escarabajo esmeralda en esos condados y la puntúan del 1 al 6 según los años que han pasado desde que se detectó por vez primera.

En cuanto a las enfermedades respiratorias, la presencia del escarabajo esmeralda se relaciona con 6.8 muertes más por año y por cada 100.000 habitantes, lo que, en total, supone, entre 2002 y 2007, que hay 6113 muertes más.

Las cifras son más altas en la relación entre el escarabajo esmeralda y las enfermedades cardiovasculares. Son 16.7 muertes más por año y por cada 100.000 habitantes, con un total que suma 15080 muertes más.

Parece que, por los resultados de Donovan, la relación entre entorno natural y salud pública se cumple.

 

*Donovan, G.H. y 6 colaboradores. 2013. The relationship between trees and human health. Evidence from the spread of the emerald ash borer. American Journal of Preventive Medicine 44: 139-145.

 

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