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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

El olivo

El árbol del olivo, con sus aceitunas, su aceite y el paisaje que forman, son un emblema de nuestra cultura. En realidad, el olivo es uno de los árboles más emblemáticos para nuestra especie. Tiene, en la cultura mediterránea, una importancia esencial tanto económica y cultural como ecológica. Además, su explotación, domesticación y cultivo supusieron un evento básico para el desarrollo de las sucesivas civilizaciones mediterráneas. Conocer su historia como cultivo es importante para conocer nuestra ecología, es decir, nuestro trato con el entorno y, en definitiva, nuestra cultura. Es lo que nos explican, en una extensa publicación, David Kaniewski y sus colegas, de la Universidad de Toulouse.

Tanto en la Biblia como en el Corán, unos siglos más tarde, se menciona hasta 66 veces el olivo junto a otros cultivos importantes en el Mediterráneo como la vid y la higuera. Hace miles de años ya eran el aceite y el vino componentes esenciales de la dieta mediterránea y, en ambos casos, también se convirtieron en parte importante de los ritos religiosos de las culturas que los producían. Por otra parte, mientras que hemos llevado el cultivo de la vid a todos los continentes, el olivo sigue, sobre todo, confinado al Mediterráneo y aquí se produce el 98% del aceite de oliva a nivel mundial.

Es Olea europaea su nombre científico, con dos variedades en la cuenca mediterránea: la europaea, para los árboles cultivados, y la sylvestris, para los árboles salvajes, conocidos como acebuches. Hay unos 800 millones de olivos en el Mediterráneo. Llegan a alcanzar los 15 metros de altura, aunque su tamaño es menor en los cultivos. Las olivas, de media, tienen un 22% de aceite. Son árboles muy longevos, con un rango de edad superior a los 2000 años (el récord está en Creta, en la localidad de Vouves, con un olivo de unos 3000 años).

En yacimientos arqueológicos se han encontrado restos de madera de Olea y los más antiguos, encontrados en Israel, se han fechado hace casi 800000 años. Los análisis del polen encontrado en los yacimientos indican que ya hace unos 75000 años, los árboles del género Olea ya colonizaban todo el Mediterráneo. La domesticación, es decir, el paso del acebuche, variedad salvaje, a europaea, variedad cultivada, se suele fechar hace unos 6000 años. Por lo que sabemos por el polen, la domesticación comenzó en el valle del Jordán, entre el lago de Galilea y el Mar Muerto, y pronto se extendió por Jordania, Líbano, Siria y el sur de Turquía. Por cierto, cerca de Haifa, en Israel, en el yacimiento de Kfar Samir, y fechados hace 6500 años, se han encontrado huesos de aceituna machacados y restos de pulpa de los frutos tal como quedan, incluso en la actualidad, cuando se obtiene aceite de oliva

Aquellos antiguos agricultores seleccionaron el olivo a partir de los acebuches que producían más y más grandes aceitunas. En muchos yacimientos de esta antigüedad ya se observa como los olivos se plantaban en grupos pequeños, en huertas, seguramente para facilitar las labores de cultivo y su defensa.

Los estudios genéticos de los olivos actuales sugieren que el proceso de domesticación fue más complicado, quizá en varias fases y con distintas poblaciones de origen. Aunque se mantiene el Oriente Medio como la región de origen.

Cuando Guillaume Besnard y su grupo, del CNRS de Toulouse, estudiaron en detalle la genética del olivo, a partir de muestras de 1846 árboles, de ellos 534 olivos cultivados, 1263 acebuches y 49 olivos subsaharianos, con muestras de toda la cuenca mediterránea, encontraron 3 linajes, que llamaron E1, E2 y E3, y una distribución geográfica inesperada.

El linaje E1 se extiende por todo el Mediterráneo, aunque es el único en el Oriente Medio y en el este del Egeo. Los linajes E2 y E3 se encuentran en el centro y el oeste del Mediterráneo, con el E2 alcanzando el Egeo por el este y el E3 solo en la mitad occidental de la cuenca. Es más, son los únicos linajes en los acebuches del entorno del Estrecho de Gibraltar. Los autores calculan las fechas de aparición de estos linajes, siempre aproximadas en los estudios genéticos: 140000 años para el E1; 285000 años para el E2; y 144000 años para el E3.

En conclusión, el olivo y el acebuche aparecen en el Oriente Medio con el linaje E1 y se extienden por todo el Mediterráneo. Cuando llegan al centro de la cuenca, quizá porque ya existía en los acebuches de la zona, hibridan con el linaje E2, y, finalmente, cuando alcanzan la Península Ibérica repiten el proceso con el linaje E3. Así, los olivos y acebuches del este, llevan el linaje E1; los olivos y acebuches del centro llevan los linajes E1 y E2; y los olivos y acebuches del oeste tienen los linajes E1, E2 y E3. En fin, hay tres depósitos de genes: Oriente Medio en el este, el Egeo en el centro y el Estrecho de Gibraltar en el oeste.

 

*Besnard, G. y 10 colaboradores. 2013. The complex history of the olive tree: from Late Quaternary diversification of Mediterranean lineages to primary domestication in the northern Levant. Proceedings of the Royal Society B 280: 20122833

*Kaniewski, D. y 5 colaboradores. 2012. Primary domestication and early uses of the emblematic olive tree: palaeobotanical, historial and molecular evidence from the Middle East. Biological Reviews 87: 885-899.

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