>

Blogs

Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Abejas zombies

El protagonista de nuestra historia se llama John Hafernik, es entomólogo e investiga ese insecto tan peculiar que llamamos mantis religiosa. Es un insecto ferozmente depredador y se alimenta de insectos. Hafernik conseguía comida para las mantis que criaba en el laboratorio recogiendo los insectos muertos que aparecían cada mañana debajo de las farolas de la entrada de su lugar de trabajo, la Facultad de Biología de la Universidad del Estado de California en San Francisco. A menudo, entre los insectos, hay decenas de abejas muertas. Un día, cuenta Hafernik, llegó a su despacho con un frasco lleno de cadáveres, lo metió en un cajón de su mesa y lo olvidó; tareas más urgentes reclamaron su atención. Una semana después abrió el cajón y encontró el frasco lleno de abejas muertas y de larvas de una mosca que no conoce. Y ahora, Hafernik ha publicado un artículo sobre esa mosca y su relación con las abejas.

Hafernik identificó la mosca como Apocephalus borealis, nativa de Norteamérica y conocida como parásita de abejas y avispas, entre ellas de la abeja europea, introducida por los colonos blancos. También descubrió, revisando la bibliografía sobre parásitos y enfermedades de las abejas, que existía un extraño síndrome que provocaba que las abejas abandonaran la colmena a la noche, cuando no debían hacerlo, y se dirigían hasta alguna luz potente donde, después de unas horas de volar, a menudo en círculos, perdían el equilibrio y morían agotadas.

Recogió, bajo las farolas de la Facultad y en otros 31 lugares del área de San Francisco, 7417 abejas muertas entre abril de 2009 y noviembre de 2010. Además, recogió abejas vivas de colmenas de criadores profesionales. En 24 de los 31 puntos de muestreo, el 77%, encontró abejas parasitadas por Apocephalus borealis, y, en cada punto de muestreo, aproximadamente un tercio de las abejas están infectadas. Las moscas hembras, mucho más pequeñas que las abejas, perseguían a las obreras, se posaban en su abdomen de dos a cuatro segundos e inyectaban sus huevos en el interior del cuerpo de la abeja. Más o menos una semana después, entre una y trece larvas salen del cuerpo de la abeja, ya muerta, por la zona de unión de la cabeza y el tórax.

También descubrió que el 90% de las abejas muertas debajo de una luz potente estaban infectadas por la mosca y, por tanto, causaban el síndrome de abandono de la colmena durante la noche. Hafernik propone que la mosca infecta a la abeja, la invade, seguramente alcanza su sistema nervioso y provoca un cambio en su conducta y que abandone la colonia de noche. La obliga a ir hasta una luz potente, a unos kilómetros de la colmena original, donde muere. A continuación, en unos días las larvas de la mosca se desarrollan y salen al exterior para continuar su ciclo vital. Pero así, según Hafernik, han logrado extender su área de distribución y aumentar el número de colmenas de abejas parasitadas. Son abejas zombies, obligadas a transportar su parásito a distancia.

 

*Core, A. y 9 colaboradores.2012. A new treath to honey bees, the parasitic phorid fly Apocephalus borealis. PLoS ONE 7: e29639

Temas

Por Eduardo Angulo

Sobre el autor

Buscar


octubre 2013
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28293031