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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Infartos y mujeres

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en los países desarrollados y, entre ellas, destaca el infarto de miocardio. Además, las muertes por infarto son cada vez numerosas entre las mujeres y crecen a un ritmo mayor que los hombres. Esta afirmación, para unos cierta y para otros dudosa, provoca la polémica entre los expertos en enfermedades cardiovasculares. Por ejemplo, Hani Jneid y su grupo, de la Facultad de Medicina Baylor en Houston, Texas, han examinado los historiales médicos y personales de 78254 pacientes de infarto, de 2001 a 2006, en 420 hospitales de Estados Unidos. De ellos, el 39% son mujeres, la edad media es de 67.8 años y el Índice de Masa Corporal es de 28.1. Las mujeres son de más edad (72.6 años en las mujeres y 64.7 en los hombres) y tienen en mayor proporción otras enfermedades y, lo más importante, si cuando tienen el infarto ingresan en un hospital mueren en mayor porcentaje que los hombres, el 8.2% frente al 5.7%. Esta mortalidad, una vez analizados los historiales, no se debe al más habitual infarto agudo de miocardio sino a una variante de infarto llamada STEMI o infarto de miocardio con elevación de ST (la elevación de ST es una característica típica de este infarto que se observa en el electrocardiograma), en el que los porcentajes de mortalidad son del 10.2% para las mujeres y el 5.5% para los hombres; como ven, casi el doble en mujeres que en hombres.

Comparado con los hombres, las mujeres, en caso de infarto, reciben menos tratamiento con aspirina, tratamientos tempranos con beta-bloqueantes, terapia de reperfusión, cateterización y revascularización. Por tanto, los autores concluyen que la mayor mortalidad en mujeres se debe a que reciben menos tratamientos adecuados y, si los reciben, es con retraso. Proponen que se debe a que los síntomas del infarto en mujeres son diferentes que en los hombres y, en general, menos agudos y más engañosos para el médico que no esté preparado.

Un par de años después del trabajo anterior, Elizabeth Jackson y su grupo, de la Universidad de Texas en Austin, publicaron otro estudio centrado en los pacientes que han sufrido STEMI. Son datos de 8771 personas que ingresan con STEMI en 32 hospitales de Estados Unidos. Las diferencias en la mortalidad son similares, con 6.02% para las mujeres y 3.45% para los hombres. En el análisis estadístico aparece la importancia que tienen la mayor edad de las mujeres (65.1 años en las mujeres frente a 58.3 en los hombres) y que sufren otras enfermedades además del STEMI. Sin embargo, las cosas no han cambiado y siguen siendo las mujeres las que doblan la mortalidad de los hombres.

Y, en Francia, el grupo de Guillaume Leurent, del Hospital Universitario de Rennes, ha presentado una comunicación en dos congresos internacionales de Cardiología con resultados sobre el tratamiento recibido por infarto en un centro de Cardiología de Bretaña, en el oeste de Francia. Son 5000 pacientes, de los que el 23.5% son mujeres, con una edad media de 68.4 años para las mujeres y 60.8 para los hombres, y todos ingresan entre 2006 y 2012 por STEMI.

Según Leurent, los problemas empiezan con el retraso en pedir asistencia cuando aparecen los síntomas del infarto, con 60 minutos de retraso para las mujeres y 44 minutos para los hombres. Además, como ya comentaban los estudios anteriores, para las mujeres se hacen menos angiografías y se utilizan menos agentes trombolíticos. En consecuencia, la mortalidad en el hospital es mayor para las mujeres, con el 9.0%, que para los hombres, con el 4.4%.

En nuestro entorno, los datos llevan a conclusiones parecidas. Osakidetza publicó hace unos años lo que denomina letalidad hospitalaria para enfermos de infarto agudo de miocardio ingresados en hospitales en los años 1999-2000. De nuevo, la mortalidad es mayor para las mujeres: 13.9% para las mujeres frente a 10.7% para los hombres. Y en 2010, Mónica Machón y su grupo, del CIBERESP de Donosti, publicaron un estudio sobre los enfermos de infarto agudo de miocardio en Guipúzcoa. Son 1677 pacientes que acudieron a un hospital entre 1997 y 2000, de ellos 449 son mujeres y se siguió su supervivencia a los 28 días del ingreso y a los 5 años. Como es habitual, la edad media es más alta para las mujeres, con 74.4 años, que para los hombres, con 64.1 años. De nuevo, la mortalidad, es este estudio tomada a los 28 días del ingreso, es mayor para las mujeres, con el 18.9%, que para los hombres, con el 11.7%.

 

 

*Bedossa, M. y 7 colaboradores. 2012. Is there a different of management for ST-elevation myocardial infarction regarding gender? Myth or reality? Data from a prospective registry of 5000 patients. Journal of theAmericanCollegeof Cardiology 60: 17.

*Jackson, E.A. y 7 colaboradores. 2011. The association of sex with outcomes among patients undergoing primary percutaneous coronary intervention for ST elevation myocardial infarction in the comtemporary era: Insights from the Blue Cross Blue Shield of Michigan Cardiovascular Consortium (BMC2). American Heart Journal 161: 106-112.

*Jneid, H. y 14 colaboradores. 2008. Sex differences in medical care and early death alter acute myocardial infarction. Circulation 118: 2803-2810.

*Leurent, G. y 9 colaboradores. 2012. Are there gender differences in the management of ST-elevation myocardial infarction? Data from ORBI, a prospective registry of 5000 patients. European Heart Journal 1, S1: 103.

*Machón, M. y 5 colaboradores. 2010. Diferencias por sexo en la supervivencia relative y los factores pronósticos de pacientes con un primer infarto agudo de miocardio en Guipúzcoa. Revista Española de Cardiología 63: 649-659.

 

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