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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

En la oficina

En nuestra sociedad, en el mundo desarrollado en general, millones de personas pasan su jornada laboral, ocho o más horas, en el interior de un edificio, sin salir al exterior durante la mayor parte del día. Es más, hay cálculos que aseguran que pasamos alrededor del 90% de nuestra vida bajo techo. Y los trabajadores, en sus centros de trabajo, comparten despachos, vestuarios, servicios sanitarios, ordenadores, sillas, mesas, la máquina del café y muchas, muchas bacterias, hasta 1000000 por metro cúbico de aire, más las del suelo y, también, las de la piel, bocas y demás orificios y superficies de sus colegas.

Por todo ello, Krissi Hewitt y su equipo, de la Universidad Estatal de San Diego, en California, han aplicado las técnicas más modernas de muestreo y de recuento de bacterias, incluyendo el estudio del ADN, en edificios de oficinas de tres ciudades importantes de Estados Unidos, en concreto Nueva York, San Francisco y Tucson. Han revisado 30 oficinas de cada ciudad, 90 en total, y han tomado 450 muestras en total, en despachos con una superficie media de 13 metros cuadrados y procedentes de cinco superficies: sillas, mesa, teléfono, ratón del ordenador y teclado.

Los resultados demuestran que hay más bacterias, aproximadamente un 20% más, en los despachos respecto de los ocupados por mujeres. En las oficinas de Nueva York y Tucson, el número de bacterias es parecido mientras que en las de San Francisco hay casi un 30% menos. Y, además, es en la silla y en el teléfono donde más bacterias hay, con un 30% más que en la mesa, el teclado o el ratón.

De estudio de los más de 500 géneros de bacterias encontrados, se deduce que su origen es, sobre todo, el cuerpo humano. Son especies que también se encuentran en la piel, la cavidad nasal, la boca o el intestino. Además, se encuentran algunas bacterias típicas del suelo. Y en cuanto a las comunidades bacterianas, Nueva York y San Francisco son indistinguibles; sus oficinas tienen agrupaciones muy parecidas de bacterias. Sin embargo, Tucson es diferente, tiene mayor diversidad y especies adaptadas al clima más cálido y seco habitual en Arizona.

 

*Hewitt, K.M. y 3 colaboradores. 2012. Office space bacterial abundante and Diversity in three metropolitan areas. PLoS one 7: e37849

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