>

Blogs

Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Fragancia

Son productos de limpieza, naturales, orgánicos e, incluso, verdes, bio- o ecológicos. Desde el champú al detergente para la lavadora, del suavizante al jabón de manos, del desodorante al gel de baño, y así decenas de productos convierten la cocina, el baño y todo el hogar en un mundo de maravillosas fragancias. Pero estos aromas, “frescos y salvajes”, se basan en la emisión de moléculas que activan nuestro sentido del olfato. Y estos productos químicos gaseosos son los llamados compuestos orgánicos volátiles, conocidos como VOCs por su nombre en inglés. Sin embargo, los VOCs no aparecen en la composición de los productos de limpieza. En el obligado apartado que debe aparecer en la etiqueta se enumeran multitud de productos, muchos con nombres enrevesados o, por el contrario, con generalidades como “aroma” o “aceite esencial”, que no nos dicen nada. Y de los gases emitidos, nada de nada, no es obligatorio por ley ponerlos en la etiqueta. En resumen, no conocemos los VOCs que tanto alegran nuestro hogar.

Anne Steinmann y su grupo, de la Universidad de Washington en Seattle, han estudiado los aromas, o sea, los VOCs, emitidos por 25 de los productos de limpieza más vendidos en Estados Unidos. Han encontrado 133 VOCs emitidos por estos 25 productos como parte de sus aromas y fragancias. Más o menos, 17 VOCs de media por cada producto; de ellos, 24 están clasificados como tóxicos o peligrosos por la legislación de Estados Unidos (por ejemplo, etanol, acetona, metanol, ciclohexano o hexano), y cada uno de los productos envasados emite, por lo menos, uno de estos VOCs tóxicos o peligrosos. Incluso 11 de estos productos se clasifican como probables cancerígenos (por ejemplo, acetaldehído, dioxano, formaldehído o cloruro de metileno). Hasta los productos que se venden con la etiqueta de “verdes” emiten los mismos VOCs.

De todos los VOCs que ha encontrado Steinmann y en todos los productos investigados, sólo en un caso, el etanol, aparece en la composición de la etiqueta. Por otro lado, la propia legislación americana no exige poner en la etiqueta todos los componentes de eso tan complejo e indefinible que llamamos “fragancia” o “aroma”.

Para terminar, los propios autores avisan de que su trabajo se centra en determinar las sustancias que componen la fragancia de estos productos y no en establecer la exposición a ellos y los efectos que pueden suponer un riesgo para la salud. Es asunto de otro trabajo.

*Steinemann, A.C., I.C. MacGregor, S.M. Gordon, L.G. Gallagher, A.L. Davis, D.S. Ribeiro & L.A. Wallace. 2010. Fraganced consumer products: Chemicals emitted, ingredients unlisted. Environmental Impact Assessment Review doi:10.1016/j.eiar.2010.08.002

Temas

Por Eduardo Angulo

Sobre el autor

Buscar


noviembre 2010
MTWTFSS
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
2930