>

Blogs

Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Universitarios

Como es habitual, primero se detectó en Estados Unidos. En muchos comportamientos sociales van por delante aunque, es un alivio, todos no nos alcanzan. En este caso, todavía no sabemos lo que pasa entre nosotros, pero sospechó que ya estamos igual o, como en la proverbial botella medio vacía, estamos peor; y nunca mejor hecha la mención a la botella. Este año 2009 se han publicado dos estudios que revelan que disminuye el consumo de alcohol en la población de Estados Unidos excepto entre los universitarios (y las mujeres). Richard Grucza y su grupo, de la Universidad Washington de St. Louis, han estudiado, en una muestra de más de 500000 personas, si se han emborrachado durante los últimos 30 días, con sucesivas encuestas hechas entre 1979 y 2006, cuando la edad legal para beber es de 21 años, y lo han relacionado con la edad, el sexo, los estudios y la raza. Según los resultados, la ingestión de alcohol ha disminuido entre los 12 y los 20 años, excepto en las mujeres que, además, son las que más se emborrachan entre 21 y 23 años, con las universitarias las primeras. Entre los chicos de esta edad la tendencia a emborracharse sigue igual. En resumen, los jóvenes en general beben menos, excepto los universitarios, que se mantienen, y las universitarias en las que aumenta la propensión a emborracharse por lo menos una vez al mes.

El segundo trabajo está dirigido por Toben Nelson, de la Universidad de Minnesota en Minneapolis, y estudia los hábitos de bebida en 18 campus de universidades de Estados Unidos entre 1993 y 2005, con encuestas en 1997, 1999 y 2001. Los campus están elegidos entre los que tienen más problemas con el alcohol en las encuestas de 1993 (más de la mitad de los estudiantes se emborracha periódicamente). Los resultados son descorazonadores: si en 1993 el 58% de los universitarios declaraba que se había emborrachado en las últimas dos semanas, en 2005 era el 56%; si en el 93 el 28% declaraba que se emborrachaba frecuentemente, en el 2005 era el 32%; si en el 93 el 88,5% declaraba que bebía, en el 2005 era el 86%; y, todavía peor, si en el 93 el 37% declaraba que conducía después de tomar alcohol, en el 2005 era el 43% (y esta cifra está a la baja de un pico situado en la encuesta de 1997).

En resumen, esto no funciona. En algunos de estos campus hay programas de ayuda individualizados para los alumnos con problemas con la bebida. Pero, si el entorno que anima a beber, que incluso lo considera una tradición, persiste, los jóvenes seguirán bebiendo. Me gustaría conocer qué han hecho en las universidades en las que ha disminuido el consumo de alcohol. Ahí, quizá, está la solución, o. por lo menos, eso parece. Otro día seguiré con este asunto intentando averiguar por qué los jóvenes universitarios beben de esta manera.

*Grucza, R.A., K.E. Norberg & L.J. Bierut. 2009. Binge drinking among youths and young adults in the United States: 1979-2006. Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry 48: 692-702.

*Nelson, T., Z. Xuan, H. Lee, E.R. Weitzman & H. Wechsler. 2009. Persistence of heavy drinking and ensuing consequences at heavy drinking colleges. Journal of Studies on Alcohol and Drugs 70: 726-734.

Temas

Por Eduardo Angulo

Sobre el autor

Buscar


diciembre 2009
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28293031