La conducta del hombre hacia sus animales domésticos influye en su comportamiento, seguridad, salud y, si es el caso, en su productividad. Así ocurre con las vacas: las bien tratadas producen más leche. Lo han estudiado Catherine Bertenshaw y Peter Rowlinson, de la Universidad de Newcastle, en Inglaterra, tras encuestar a los encargados de 516 granjas.
En las respuestas es evidente que sólo el 21% de los granjeros creen que el miedo es quien gobierna las relaciones entre el ganado y sus dueños. Las relaciones con la especie humana causan un gran impacto sobre las vacas y pueden cambiar su temperamento; el 48% de los ganaderos considera que la conducta del ganado depende de las experiencias previas con sus cuidadores, y el 9% añaden que pueden ser la causa de la baja productividad en leche. El 90% asegura que las vacas tienen sentimientos e, incluso, el 78% asegura que son inteligentes. Las vacas que producen más de 200 litros pertenecen a rebaños cuyo dueño conoce a cada uno de sus animales (el 66%), y en las granjas donde las vacas son conocidas por su nombre (el 46%), su producción de leche es 258 litros por año superior a las explotaciones que gestionan vacas innominadas.
En conclusión, las vacas tratadas como individuos, en vez de como anónimos componentes de un rebaño, mejoran su conducta, salud y productividad.
*Bertenshaw, C. & P. Rowlinson. 2009. Exploring stock managers’ perceptions of the human-animal relationship on dairy farms and an association with milk production. Anthrozoos 22: 59-69.