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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Voto joven

Barack Obama ya es presidente electo de los Estados Unidos de América. Uno de los puntales de su elección fue el voto joven: el 66% de los menores de 30 años votó a Obama. En un sistema democrático, en cada elección hay un voto joven, muy importante, y formado en gran parte por nuevos votantes. Por ello, todos los políticos se preguntan, ¿cómo conseguir que voten los jóvenes? Es más, se preguntan ¿cómo conseguir que los jóvenes me voten a mí? Julianna Sandell Pacheco y Eric Plutzer, de la Universidad Estatal de Pennsylvania, intentan, con su investigación, contestar a estas preguntas tan importantes para algunos.

Para ello, estudian el historial de más de 25000 jóvenes de 1052 escuelas, públicas y privadas, del Distrito de Columbia (es decir, de la capital de Estados Unidos, Washington). En los cuestionarios, la mayoría de las preguntas se centran en la situación y relaciones familiares y en la participación política. Sandell Pacheco y Plutzer encuentran que el contexto que influye a los jóvenes se puede dividir en cuatro apartados: familiar, comunitario, escolar y los hechos más importantes en el tránsito hacia la madurez del adulto.

Los autores encuentran que ciertas desventajas sufridas en la adolescencia influyen en la participación electoral de los jóvenes cuando alcanzan la mayoría de edad. Sobre todo influyen los contextos familiar y escolar que, además, interaccionan entre sí. En general, el nacimiento prematuro, el abandono de los estudios, los arrestos o estudiar en un centro de baja calidad llevan a una baja participación en la juventud. Sin embargo, estas desventajas no son iguales para todas las razas.

Las desventajas se acumulan, llevando a la baja participación, pero en cada raza pueden ser diferentes. Por ejemplo, para los jóvenes blancos, los embarazos y la paternidad temprana lleva a abandonar la escuela, y la combinación de estos factores baja la participación electoral en un 30%. Sin embargo, para los negros, el 30% es el mismo, pero debido a problemas con la policía que, a su vez, llevan al abandono de los estudios.

También hay instituciones, sobre todo las escuelas, que pueden mejorar o empeorar la participación política. En los blancos pobres, la asistencia a malas escuelas empeora los resultados; en cambio, en los negros, las escuelas comunitarias mejoran la participación.

En la mayoría de los casos es fácil deducir que, si la mala educación y la pobreza llevan a una menor participación política, esta menor participación hace que haya menos políticos electos sensibilizados con esos problemas concretos puesto que no les suponen la pérdida de unos votos que no existen.

*Sandell Pacheco, J. & E, Plutzer. 2008. Political participation and cumulative disadvantage: The impact of economic and social hardship on young citizens. Journal of Social Issues 64: 571-593.

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Por Eduardo Angulo

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