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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Galaxia

Cualquier objeto que se acerca a nosotros lo detectamos por el aumento de tamaño y por la posición diferente que revela cada ojo. En los ortópteros, es decir, saltamontes, langostas, grillos y bichos parecidos, se ha encontrado una neurona, la llamada DCMD (descending contralateral movement detector), que detecta ese determinado y concreto movimiento, es decir, el acercamiento de objetos hacia el animal. A su vez, la neurona DCMD recibe la información que llega del ojo por otra única neurona, la LGMD (lobula giant movement detector), que ya forma parte del lóbulo óptico, en íntima relación con el ojo. En resumen, la información de un objeto que se acerca al saltamontes llega en tres pasos al cerebro: del fotorreceptor (célula sensible a la luz) a la LGMD y de esta a la DCMD y, finalmente, al cerebro.
Claire Rind y Peter Simmons, de la Universidad de Newcastle, decidideron investigar a qué estímulos reaccionaba exactamente la DCMD. Como es una neurona de un tamaño relativamente grande, es sencillo estudiarla individualmente y detectar cuando funciona y con cuanta intensidad responde. Rind y Simmons utilizaron discos móviles, imágenes generadas por ordenador y, por lo que a nosotros nos interesa, escenas de la película La Guerra de las Galaxias, dirigida por George Lucas en 1977. La pantalla se colocaba a 10 centímetros de cada uno de los ojos del saltamontes (Locusta migratoria), y se proyectaba el video eligiendo las escenas en que los objetos se movieran en una dirección determinada, directamente hacia el espectador, a través de la pantalla, hacia el espectador pero sin rumbo de colisión y, finalmente, las escenas que simulan que es el espectador quien se mueve.
Los autores describen que el saltamontes responde a cualquier movimiento rápido, vigorosamente si el objeto se mueve directamente hacia el animal, y más débilmente ante cualquier otro rumbo. Por tanto, la DCMD responde preferencialmente ante los objetos que se aproximan. Es curioso que Lucas filmó estas escenas justo al contrario: sobre un fondo oscuro, colgaba las naves espaciales del techo con hilos invisibles, y movía la cámara en un rápido travelling hacia ellas. No se mueven las naves hacia el espectador, sino todo lo contrario; es el espectador quien se mueve hacia ellas. Pero los saltamontes, tal como nos ocurre a nosotros, no percibieron el truco.

*Rind, F.C. & P.J. Simmons. 1992. Orthopteran DCMD neuron: A reevaluation of responses to moving objects. I. Selective responses to approaching objects. Journal of Neurophysiology 68: 1654-1666.

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Por Eduardo Angulo

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