>

Blogs

IÑAKI CERRAJERIA

La ilustración

“Son majos, pero no beben”

 

MOBILIARIO URBANO por ÁNGEL RESA

Vitoria rinde homenaje a Manu Leguineche, el jefe de la tribu que se metía bandejas de gildas del Felipe entre pecho y espalda

A uno ya hay quien le teme por su condición de gafe. Dícese, por ejemplo, de la persona que arrastra nubarrones y lluvia como si sostuviera el cordel de un globo allá donde vaya. Después de tardes grisáceas y temperaturas otoñales en pleno mes de agosto, cuando Vitoria se tumba a dormir su siesta tras las fiestas matriarcales, al firmante le resulta inconcebible encadenar tres días malos en la orilla misma del Mediterráneo. Aquella vasta superficie de agua que formaba un mar antes de que Serrat lo transformase en himno. Así que no quedó otro remedio que regresar a la capital alavesa para encontrar algo del sol confuso en sus  coordenadas geográficas. Fue volver aquí y encontrar grupos de turistas andaluces en las escaleras que bajan de Fray Zacarías hasta la fotografiada estatua de Celedón pasando por la espléndida plaza del Machete. Y escuchar ese gracejo con su economía de letras que no se puede aguantar. Hablan como jugarían al parchís, contando unas letras y comiéndose otras tantas. Unos metros más abajo, el Gasteiztxo repleto de turistas remonta el desnivel que conduce a Mateo de Moraza.

No se requieren excusas para transitar por esa zona que vale un potosí. Pero aquel mediodía me encaminaba al palacio de Villa Suso para asistir a una de las conferencias sobre periodismo a pie de calle, algo que se hacía mucho antes de la invasión tecnológica que mató los cuadernos y secó la tinta de los bolígrafos. La ponente, una experta en asuntos internacionales y antigua compañera de la facultad, disertó sobre Ucrania y compartió –ya en la tarde- mesa lineal (que no redonda) con Ramón Lobo y David Beriain para dialogar sobre la crisis de este denostado y, sin embargo, necesario oficio. La terna tributó un homenaje de Manu Leguineche, el fallecido jefe de aquella tribu que componían los enviados especiales a los lugares peliagudos. Recordaron, entre otras anécdotas del gurú, aquella frase desconfiada sobre los reporteros jóvenes. “Sí, son majos, pero no beben”. Sin duda, rememorando aquellas crónicas empapadas en alcohol. O la pasión de Manu, cuando acudía a Vitoria, por las gildas del Felipe, de las que se metía bandejas entre pecho y espalda.

Uno escucha y aprende de colegas tan ilustres como Robo, Beriain y Pilar Requena. Algunas afirmaciones incitan a la reflexión; la mayoría resultan compartidas por las gentes del gremio. Tanto que el menda se reafirma en su convicción profunda de que el periodismo siempre se nutrirá de historias humanas bien contadas, independientemente de los soportes volubles y condicionados a la carrera meteórica de las tecnologías. Tanto que el firmante se reafirma en que publicar un ‘tuit’ o pegar una frase hecha en Facebook no convalida toda una formación profesional de responsabilidad y criba. Tanto que detesto el ‘periodismo’ político de trinchera y al deportivo de vuvuzela, maniqueísmos y extremos denigrantes donde los informadores presuntos aparecen con la camiseta de su equipo sin atender a razones. Tanto que coincido plenamente con Beriain en el círculo onanista por el que los lectores solo se inyectan aquello que quieren leer, asumiendo cada noticia como un editorial. Dicho todo esto, quede claro que me siento orgulloso de escribir donde lo hago y con la libertad por bandera.

A días de que el FesTVal levante el telón de su cita anual con septiembre, me declaro mucho más próximo a una serie como ‘Lou Grant’ que a la de ‘Periodistas’. En la primera el redactor jefe andaba huraño a todas horas, el inquieto llevaba melena y bloc, el fotógrafo era barbudo, la chica aireaba pensamientos progresistas y había un tipo que nunca abandonaba la redacción. Vamos, un diario de los de toda la vida. En la segunda el personal se pasaba el día y la tarde en el bar, a la caza de ligues endogámicos entre profesionales de la pluma. Pero ni dios escribía una noticia, escuchaba una entrevista, pergeñaba un reportaje o levantaba el auricular de un teléfono. El oficio de siempre frente a los clichés ‘viciosos’ que nos acompañan a los juntaletras.

La actualidad en una sonrisa. Por Iñaki Cerrajería

Sobre el autor

La intención de este blog es recopilar mi trabajo diario en las páginas de EL CORREO. Caricaturas de escritores y otros personajes, las elecciones vascas con humor, páginas especiales, planas sobre fiestas de Vitoria-Gasteiz, San Prudencio, San Juan del Monte,... El fútbol con las jornadas del Deportivo Alavés, recreaciones de juicios, las ilustraciones para artículos y por supuesto, las tiras diarias de las ediciones de Álava y los domingos de Bizkaia y Miranda de Ebro. Desde todos estos espacios podéis acceder a las noticias, datos adjuntos y participar de forma activa añadiendo vuestros comentarios e ideas. Asimismo, encontrareis en las secciones del blog distintos trabajos que han sido publicados en años anteriores y que poco a poco voy añadiendo. Espero que sonriáis un poco navegando en este espacio.

Categorías