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Oskar Belategui

Gran Cinema

“Cultura gratis ha existido siempre: se llama biblioteca”

Darío Adanti, Fernando Rapa y Eduardo Galán     Colectivo Mongolia

 

La revista de humor político que triunfa en los kioscos lanza un “Libro Rojo” con la misma mala leche inteligente

 

«No somos ni de izquierdas ni de derechas. Repetimos: no somos de derechas». Es uno de los mandamientos de la revista “Mongolia, que ha obrado el doble milagro de traer el humor político a los kioscos con una revista de papel en estos tiempos de servidumbre a Internet. Seis personas, doce números, 40.000 ejemplares y una periodicidad mensual que ya se les queda corta, como demuestra el lanzamiento de “El Libro Rojo de Mongolia” (Ed. Reservoir Books), «una enciclopedia que contiene todo el saber de Occidente y parte de Oriente, ideal para leer en el baño». Darío Adanti, Fernando Rapa y Eduardo Galán se acercaron ayer a Bilbao a hablar de su libro. Y exigieron que citásemos a Eduardo Bravo, Pere Rusiñol y Gonzalo Boye, el abogado-editor que decide qué textos les pueden llevar a la cárcel.

 
– ¿Han hecho una enciclopedia?
– Un artefacto diferente a la revista y no tan pegado a la actualidad. Nos preguntamos si “el tejerazo” fue una performance y cosas así.
– Les han presentado el libro en diferentes ciudades Andreu Buenafuente, Eva Hache, David Trueba, Ismael Serrano y, anoche en Bilbao, Álex de la Iglesia. ¿Cuánto les han pagado?
– Les pagamos con nuestro cuerpo. Son gente estupenda porque ni siquiera son amigos, solo nos conocíamos de Twitter. Tienen esa estupenda generosidad de leer la revista y creer en ella. Después, cuando nos conocen, se defraudan un poco.
– Ustedes proceden de medios escritos tradicionales: periódicos, revistas, cómic, diseño gráfico… Lejos de volcarse en Internet se han mantenido fieles al papel.
– Es injusto lo que está pasando con el papel. Cuando surge una tecnología parece que la anterior está condenada a desaparecer. Y, lejos de morir, lo que debe hacer es buscar aquello que le es absolutamente propio. Empezaron a vendernos que el papel se moría por unos intereses. Y no es así. Nosotros demostramos que seis personas pueden vivir dignamente de una revista.
– Nostálgicos.
– No. Todavía no se sabe rentabilizar Internet. Nosotros amamos el papel y con “Mongolia” homenajeamos a las revistas de antes: “El Papus”, “Hermano Lobo”, “La Codorniz”… El papel te permite ser un artefacto, disfrazarte de antidiario y colarte en el kiosco como un caballo de Troya. Y puedes poner en portada “Rajoy ha muerto” con una gravedad que no te la da una pantalla. Tiene el aire de “happening” político. De pronto, como ha ocurrido, a un señor de un pueblo de Galicia se le ocurre recortar esa cabecera y colgarla en un tablón de esquelas ante el desconcierto de sus vecinos. No toda la gente tiene iPad.

 


– Los estados de opinión en Internet son más volátiles. Un cineasta puede tener cientos de miles de seguidores en Twitter y después ninguno va a ver su película.
– Hay una burbuja, y eso que nosotros somos muy tuiteros. Los supuestos gurús que se creen la panacea se nota que no están ahí. Es muy fácil seguir a alguien cuando es gratis, pero comprar un libro o ir al cine es otra cosa. La vida real es la revista en el kiosco y el libro en la librería. Hubo un momento en que las empresas de comunicación se fascinaron por las posibilidades de negocio de Internet y crearon un discurso asentado en “el papel ha muerto”. Claro que también nos decían que la Familia Real era ejemplar… Los cambios sociales no se producen de una forma tan radical. Todavía no hay ningún medio que pueda vivir de la publicidad en Internet. Salvo Google, claro, con el que tenemos que pelearnos por cuatro euros. Preferimos una plana en la revista, con la que pagamos la imprenta y ayuda a que ganen los colaboradores y el kiosquero.
– Gente que tuitea contra el ERE en la FNAC… pero que hace años que no compra discos ni películas.
– Sí. En Twitter hay mucha presencia de una izquierda que protesta contra el cierre de empresas pero defiende la cultura gratis, que todo te lo bajes por Internet. Y nos pregunta por qué no regalamos todos los contenidos en la Red. Pues porque esto es una industria. La gente no ha dejado de consumir cultura, solo que el dinero ha cambiado de manos y de la industria cultural ha pasado a las empresas digitales. Cultura gratis ha existido siempre: se llama biblioteca.
– “El Rey podría violarte”, “Gallardón abortó”… ¿Con estas portadas buscan el cierre de la revista?
– Tenemos un abogado socio que es el editor y nos dice con qué artículos podemos acabar presos. Las cosas sobre el Rey las lee dos veces. Esta entrevista a Dios (señalan el último número) la publicamos con sus anotaciones para no cometer un delito de ofensa a los sentimientos religiosos. Al lector que acredite ser mayor de edad le mandamos el texto sin tachar. Sería muy triste que nos acabaran enjuiciando por un chiste cuando nadie va a la cárcel en esta realidad atroz.
– ¿No creen que los humoristas españoles, en especial los monologuistas, han practicado un humor blanco, costumbrista, nada político? ¿Dónde están los Bill Hicks o Jon Stewart españoles?
– Sí. Creíamos que algo así era necesario. Los Chanantes están muy bien, pero hacen otro tipo de humor. Había espacio para el humor político, lo que pasa es que la sociedad no lo pedía porque en el aznarismo y el zapaterismo todo era estupendo. Era tan estupendo que íbamos a Irak y todos los ejércitos del mundo cometían tropelías inhumanas menos nosotros. Claro que ahora sacan las tomas falsas y vemos a soldados españoles hostiando iraquíes. Cuando nos concedían la hipoteca sacar una revista política era de aguafiestas.


– Una parte de “Mongolia” son reportajes de investigación en serio.
– Sí. No aceptamos publicidad de bancos ni de prostitución porque en ambos hay mafias. Somos un medio independiente que no rinde pleitesía a los anunciantes. Nuestros lectores son de treinta y tantos para arriba.
– Vaya filón que tienen con la Casa Real últimamente.
– Hoy sale en “Vanity Fair” que el Rey para contactar con Corinna llamaba a una armería en Londres y se hacía llamar Mr. Schumer. Y todos en la armería sabían que era el Rey de España. Lo bueno es que cada vez estamos más cerca de la República. Nosotros le recomendamos que vaya a escalar, que coja frío y así le deje el camino libre a Felipe. Si no, lo va a tener muy jodido.
– ¿Y el nuevo Papa?
– Una movida de marketing muy bien montada. Quedaba muy mal en plena crisis un Papa alemán, con ese país apretando las tuercas al resto de Europa. Así que eligen a uno del Tercer Mundo, un sudaca, pero que no se le note mucho, que parezca italiano. Y humilde, porque si no se les van follo wers. Es fácil que caiga bien porque el anterior Papa era un vinagre. Pero no conocéis las declaraciones de Bergoglio en Argentina los últimos años, diciendo que la homosexualidad es terrible y que las mujeres no deben meterse en política porque Dios no las hizo para eso. Y jamás levantó la voz en la dictadura.

 

(Entrevista publicada en el diario EL CORREO el 22 de marzo de 2013)

Por Oskar Belategui

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