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Canción de la semana, edición vacaciones: ‘Codo’

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Estas vacaciones me he entregado a un trip nostálgico un poco temerario: he pasado más tiempo de lo habitual en casa de mis padres y me he dedicado a desenterrar objetos de mi juventud, en plan arqueología del cuarto de los trastos. Entre las piezas recuperadas figura la primera casete que grabé de la radio, una Basf Chromdioxid II de 60 minutos fechada en 1983, que contiene un batiburrillo confuso y un poco sonrojante. Se abre con el Words de FR David (esa no la grabé de Los 40, sino de un single que misteriosamente se compró mi primo Ramón) y después va dando tumbos por nombres como Gonzalo (sí, el Quién piensa en ti que fue a la OTI aquel año), Olé Olé (Dame) o Diseño (Problemas no). Les destaco lo más cuestionable, porque siempre es sano para quitar vergüenzas, pero también hay canciones que quizá les parezcan más defendibles: el Víctimas del desamor de Vídeo, el Thriller de Michael Jackson, el Candy Girl de New Edition, el Karma Chameleon de Culture Club, el Playback Fantasy de O’gar o el You’re Lookin’ Hot Tonight de Barry Manilow, qué cosas.

El caso es que el primer tema de la segunda cara es Codo, la canción con la que voy a concluir este picoteo agosteño. Estamos ante uno de los grandes éxitos del pop en alemán y también ante uno de los hits más improbables de la escena europea: lo firmaban DÖF, es decir, Deutsch-Österreichisches Feingefühl (la Sensibilidad Germano-Austriaca, nada menos que un choteo a costa de mis admirados DAF), pero, por alguna razón enigmática, en lugares como España se publicó acreditada a los dos líderes de esa formación, Tauchen-Prokopetz, como si eso fuese a resultar más comercial. Yo, en la Basf Chromdioxid, escribí trabajosamente Dawsen Prokofsets, que era lo que creía entender a los locutores de Radio Rioja. Los austriacos Manfred O. Tauchen y Joesi Prokopetz eran o son comediantes y cabareteros, y la canción debe de tener intención humorística, con su letra sobre un extraterrestre jovial y amoroso, pero entenderán que yo no pillaba absolutamente nada del texto: aún hoy me hace gracia tonta que la Wikipedia destaque “su pegadizo estribillo Und ich düse-düse-düse im Sauseschritt”. En cambio, la música me parecía fascinante, con sus frases robóticas, sus soñolientas voces femeninas y ese tono juguetón tan característico (eso, por supuesto, lo descubriría mucho después) de la nueva ola germánica.

Ya que me estoy enrollando más de lo habitual, añadiré dos datos de trivia ocupacerebros. Las chicas de DÖF (su mitad alemana) eran las hermanas Annette e Inga Humpe, dos figuras de la escena berlinesa de la época. A Annette, que había encabezado la banda Ideal, nos la encontramos también haciendo los coros en otro de los contados éxitos globales de la Neue Deutsche Welle, el Da Da Da de sus amiguetes Trio. Y, sí, existe un parecido bastante sospechoso entre una de las melodías de Codo y el tema central de la serie Buffy Cazavampiros, aunque los autores de este, Nerf Herder, aseguraron en su momento que jamás habían oído hablar de esos austriacos marcianos llamados Tauchen-Prokopetz.

 

Por Carlos Benito

Sobre el autor

Periodista de El Correo. Nací en Logroño, estudié en Pamplona, vivo y trabajo en Bilbao.


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