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Esto va de sexo

Por qué separarnos de alguien que nos gusta o amamos

 

A veces no nos queda más remedio que decir adiós. Hay muchos motivos para separarse de una persona, y no todos son porque no nos conviene,  ya no le amamos o deseamos. A veces, algunas veces, lo hacemos desde el dolor por la separación, porque nos parece lo más honesto y más ético, ya que sentimos o nos parece que permanecer hará más daño a ambas partes.

Separarse de alguien que nos hace daño, ya sea porque no se da cuenta, ya sea porque es malo, o porque no sabe hacerlo de otra manera, es…relativamente fácil.

Pero dejar a alguien que se porta bien contigo, que físicamente te gusta, le deseas,…eso ya no es tan fácil. Dejar a quien que te quiere bien… ¡cuesta!

Y os preguntareis ¿por qué habríamos de dejar a alguien en estas circunstancias? Si es lo ideal, lo que siempre hemos buscado. Pues la respuesta tampoco es sencilla. A lo mejor no era el momento, a lo mejor os embarcasteis en una historia que si hubiera empezado antes o después del momento en que empezó habría podido cuajar.

La frase de estar en el momento y el lugar adecuado…quizás también se pueda aplicar aquí.

Si no has superado un amor anterior, sea bueno o malo éste, no es un buen momento para embarcarte en una nueva aventura.

Hay que aprender a superar primero y a empezar algo nuevo después. Si no respetamos el orden… tenemos muchas posibilidades de hacer y hacernos daño. Lo de un clavo saca otro clavo… quizás sea un error, importa cómo ese nuevo clavo saca al anterior, a lo mejor destroza la pared,  y cómo queda ese clavo al intentar sacar al viejo, a lo mejor queda destrozado él.

El miedo a la soledad es un mal consejero. Es humano pero,… no es muy recomendable sucumbir a él.

Tenemos que aprender, desde la cuna tal vez. Un bebé que se siente solo o aburrido en su cuna tiene entre sus posibilidades, dos muy claras: una llorar para ser cogido en brazos y que le saquen de esa cuna-cárcel llena de barrotes altísimos, con lo cual pone su felicidad en las manos, en este caso, en los brazos del otro, o por el contario , se puede poner a jugar con sus manitas o con la sábana,… con lo que su felicidad dependerá de él, generará recursos propios .

Con el ejemplo del bebe lo que tratamos de deciros es que es importante que nosotros solos no nos encontremos solos, solo así, y valga la redundancia, podremos encontrarnos con alguien y mantener una relación sana y no dependiente.

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Por Lurdes Lavado y Mertxe Gil

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diciembre 2014
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