Por fin es viernes, nuestras amigas saturan nuestros wasap con imágenes, videos, donde nos recuerdan que ya se acabó la jornada laboral, que llega el ocio, el tiempo libre.

Y salimos con ilusión, con muchas intenciones: pasárnoslo bien, reunirnos con nuestros amigos, desconectar de nuestra rutina,…y a veces, por qué no, conocer a alguien de quien enamorarnos o con quien poder tener un encuentro sexual.

Pues bien, resulta que nos lo hemos pasado bien, hemos quedado con amigos y amigas, hemos desconectado y encima, ¡hemos ligado!

Y mira por donde… nos animamos y nos vamos con nuestro ligue, da igual: a su casa o a la nuestra. Al final nos lo llevamos a nuestra casa, a nuestro lugar seguro, a nuestro espacio de intimidad.

Todo transcurre de forma agradable, besitos, arrumacos,… ¡sexo! Ummm… qué rico todo, el encuentro de dos personas desconocidas hasta hace unas horas y que ahora han compartido sus cuerpos y mucha información, entre beso y abrazo. Y la información ya lo sabemos todos… ¡es poder! ¡Mucho poder! Y en realidad, ¿sabemos con quién estamos? ¿Sabemos a quién hemos traído a nuestra casa? Por términos generales, todo acaba bien y a veces hasta repetimos e incluso iniciamos una relación. Pero otras veces, pocas, ¡gracias a Dios!, podemos haber liado nuestra vida o incluso haberla puesto en peligro.

Hemos tenido alguna paciente que fue forzada a hacer cosas que no quería hacer, en su propia casa, a otro, al que la chica  que llevó a su casa le buscó un lio con su exnovia (que sin dicho “lio”, presumiblemente hubiera vuelto a ser novia). Nos confiamos, algunos más, algunos menos, y sin llegar a la paranoia, la verdad es que tenemos que tener un poco de cautela.

Hay gente desequilibrada en el mundo y cualquier detonante, como una frustración, por ejemplo, que no quieras volver a ver a esa persona, que le señales algo que no le guste,…  puede hacer que salga la patología y que empiece tu pesadilla. De la rutina, seguro que sales, eso fijo. Pero que te guste lo que empieza… eso ya es otra cosa.

Vive el presente, disfruta, no receles, porque eso tampoco es vida, pero protégete un poco, un poco solo porque si te pones la armadura tampoco vas a sentir, ni mal ni bien y vivir en encefalograma plano… no es vivir. Término medio. Ya sabes.

No sabemos quién es nuestro ligue, ¿lo ponemos un poco en cuarentena?