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Esto va de sexo

Exhibicionismo

Sí, todo es cuestión de grados. ¿Quién se libra de ser un poco exhibicionista, mirón, sádico, masoca,…? Pero eso, los grados importan, y si lo tuyo es “abrirte la gabardina delante de unas niñas” ciertamente eres un exhibicionista y desde luego un agresor. Sí, no lo dudes eres un agresor, y si te pillan tienes una condena, si tienes suerte y te ponen denuncia, porque si te pilla el padre, madre, novio, o la chica en cuestión le echa dos pares y el agresor puede ser agredido.

¿En qué punto pasa uno de tener un gradito de exhibicionista a llevar el calificativo en justicia? Pues cuando no puedes evitar exhibir tus genitales y/o tu cuerpo delante de otras personas, del sexo contrario. Decimos esto porque en realidad no nos hemos encontrado (eso no significa que no existan) homosexuales, ya sean hombres o mujeres, que sean exhibicionistas. Y, generalmente, tampoco hemos visto mujeres exhibicionistas. Pensad que una mujer que se exhibe delante de unos tíos tiene un riesgo muy, pero que muy real de que se le echen encima, con lo que en nosotras es más fácil que esto no suceda. Y también hemos de decir que en mujeres no sucede porque lo que el exhibicionista pretende, entre otras cosas, es despertar el deseo de la otra, y las mujeres lo tenemos tan fácil sin necesidad de mostrar los genitales, con un pantaloncito ajustado, un escote importante,… ya lo tenemos hecho.

Si os llama la atención esto que os decimos que lo que se pretende es despertar el deseo de la persona ante la que nos exhibimos, os lo explicamos: daos cuenta que el hombre es muy visual, pensad en a quién van dirigidas las pelís porno, cómo nos preparamos las chicas y chicos gays…, y al ser tan visual uno se piensa que los otros son igual de visuales, entonces con la exhibición se piensan que despiertan o pueden despertar el deseo, no la aversión, el asco,… del otro. Una de sus fantasías consiste en eso, que alguien desconocido, más, menos, le vea y no pueda evitar sentirse atraído y en un momento determinado interaccionar sexualmente con él.

Generalmente el exhibicionista no pasa al acto, es decir no toca, ni intenta abusar sexualmente de la víctima, “sólo” se exhibe. Pero este es el exhibicionista normal, que nos encontramos en consulta. Lo que no significa que exista otro tipo, al que se le suma el componente sádico, éste ya es más psicópata y por lo tanto más peligroso.

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Por Lurdes Lavado y Mertxe Gil

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