El Athletic logró el sábado dar un salto de calidad. La primera parte y algunos momentos de la segunda mostraron a un equipo sólido que se atrevía sin miedo a tocar el balón por raso, a construir desde atrás; a jugar al fútbol, vamos. En media hora solventó el partido con dos goles que bien pudieron ser cinco si la puntería hubiera sido mejor. Ante él, Osasuna se mostró como un equipo flojo y abocado a la parte baja de la tabla.

Caparrós y su equipo comerán tranquilos el turrón. Cierran el año en un plácido séptimo puesto, con 26 puntos, a uno tan sólo de la UEFA. Es un conjunto ‘in crescendo’. A las positivas y rejuvenecedoras incorporaciones, se sumó el sábado la palpable mejoría de hombres como Fran Yeste, que jugó un gran partido. A Toquero, siempre trabajador, le vimos acertado y más relajado que en otras ocasiones. Hay ganas de fiesta en San Mamés. Cánticos que suenan a Europa y hasta un cumpleaños feliz para Muniain. Parece que el calvario, resultados en mano, va pasando a la historia.