Se acabaron las excusas. El Athletic acudirá hoy, puntualmente, a su cita con la historia. Llegan los cuartos de final de nuestro trofeo más querido y el que más espacio ocupa en nuestras vitrinas. Me da por pensar que esta misma semana –sólo quedan siete días para que conozcamos el nombre del semifinalista- vislumbraremos si el Athletic de Caparrós mira finalmente para arriba o para abajo. Pasar la eliminatoria nos devolvería la experiencia cercana de una semifinal en San Mamés. Podría incluso caernos en suerte el ganador del Getafe-Mallorca, a priori el choque más flojo, acercándonos un poco más a la ansiada final.

Con la Copa dan ganas de soñar. Todos sabemos que es nuestra aspiración más razonable. Aún así, el bienio negro del que salimos ha provocado que la masa social se divida entre quienes creen que debemos aspirar a ganar ese trofeo y quienes optarían por olvidarse de la Copa y asegurar la categoría. En una encuesta realizada esta semana en El Correo Digital, un 52% se decanta por la primera opción. Para ellos, para todos nosotros, hoy el Athletic se juega buena parte del crédito concedido por su siempre generosa afición en la primera vuelta. Es hora de dar la talla.