Probablemente todo el que lea el título sabrá de qué hablamos. Pocas direcciones de correo electrónico se habrán librado de recibir el famoso email. En él, básicamente, se dice que el 27 de agosto Marte se vera tan grande como la Luna. No sucederá, ni puede llegar a suceder. Lo que no puede ser, no puede ser y además, es imposible.

El email, en realidad, está reciclado, pues ya se difundió en 2003. Ese año, precisamente el 27 de agosto, Marte se encontraba en oposición favorable, que quiere decir que se encontraba a la distancia mínima de los últimos tiempos, que en números redondos venían a ser 55 millones de kilómetros. Las oposiciones de Marte se dan cada dos años y 50 días, por lo que pronto vuelve a tocar, auque no el 27 de agosto, sino el 29 de enero de 2010.

Oposición es una palabreja que ya apareció cuando tratábamos de Júpiter. Cada planeta tiene su orbita. Cuando coincide a la par con la Tierra, el planeta está en oposición y, por tanto, en el punto más cercano. Y opuesto al Sol respecto a la Tierra, de ahí el nombre. Las órbitas de los planetas son elípticas, aunque la mayoría se alejan poco de la circularidad. Pero la órbita de Marte es más excéntrica de lo habitual, por lo que, según como coincidamos con él, unas veces está más cerca que otras. Con diferencias espectaculares. Si el 27 de agosto de 2003 estaba a aproximadamente 55 millones de kilómetros, el 29 de enero de 2010 estará a casi 100.

Más que para desmentir el bulo, queríamos aprovechar para dotarnos de armas para la próxima ocasión. Muchos han acudido a aficionados a la astronomía preguntando al respecto. En la era de internet, pensamos que no es necesario. ¿Qué hacer frente a un email así?

Por mucho rollo que se tiré, si no nos remiten a una pagina de internet fiable, no nos lo podemos creer. En caso de duda, podemos escribir el titular en un buscador. En el caso que nos ocupa, las páginas fiables hablan del tema, pero para desmentirlo, claro.

¿Puede realmente llegar a suceder lo que se anuncia? Busquemos cual es la distancia mínima Tierra-Marte. Nos saldrá un número parecido a 55 millones de kilómetros que decíamos antes. La Luna, encontraremos que está a casi 400 000 km. Con esas distancias, ¿cómo va a poder verse Marte tan grande como la Luna?

Pensemos ahora. La Luna regula las mareas. Si Marte se viniera tan cerca, la noticia no solo sería lo grande que se vería, sino los trastornos que ocasionaría en las mismas. Más aun, el equilibrio del Sistema Solar es más delicado de lo que parece. Si Marte se viniera tan para acá, las órbitas de la Tierra y la Luna cambiarían. Las consecuencias son imposibles de calcular, pero los cambios serían notables.

Aunque no hubiésemos hecho ninguna de estas cosas, basta con mirar al cielo cualquiera de estas noches para ver que no va a suceder nada el día 27. Faltando tan poco, algo tendríamos que estar viendo ya. Lo que es ya rematadamente imposible es que no se este viendo nada y repentinamente, una noche, tengamos a Marte tan grande como la Luna.

En realidad, esto de los bulos viene de antiguo. La Biblia es fuente de gran cantidad de ellos, no por el libro en sí, que es de gran valor, sino por como ha sido interpretado. Uno de los libros que he leído este verano es “Ciencias y pseudociencias: realidades y mitos“, publicado por el equipo Sirius. En uno de sus capítulos se cuenta que, Andreas Vesalius (1514-1564), precursor de la anatomía moderna, demostró que el hombre y la mujer tienen el mismo número de costillas. Se pensaba que, por aquello de que Dios creo a la mujer a partir de una costilla de Adán, el hombre tenía una menos. Por esta y otras cosas fue condenado a la hoguera, aunque, al haber sido medico imperial, Felipe II logró que la pena le fuese permutada por una peregrinación a Jerusalén, en la cual falleció.

Al cesar lo que es del cesar, el titulo de esta entrada lo tomé prestado de una divertida actividad que llevaran a cabo esta semana los amigos de la Agrupación Io de A Coruña. Organizan una observación pública para mostrar que, efectivamente, no habrá dos lunas. Pero sí cantidad de cosas que merece la pena ver.