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Íñigo Domínguez

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Curia medieval (5): aparece la Mafia

Publicado en El Correo de hoy:

Gotti Tedeschi temía por su vida por
husmear en cuentas de la Mafia en el Vaticano

La porquería del IOR, el banco vaticano (foto), seguía ahí y vuelve a salir a flote, 30 años después del escándalo del Banco Ambrosiano y el asesinato de Roberto Calvi, el ‘banquero de Dios’. El último presidente del IOR, Ettore Gotti Tedeschi, cree que fue cesado de forma violenta el 24 de mayo por querer hacer limpieza y temía por su vida por husmear “en algunas cuentas”, ha dicho a los fiscales. Según el ‘Corriere’, se refiere a cuentas cifradas que ocultarían depósitos de la Mafia y de actividades ilegales, incluidos pagos a políticos italianos. El dossier que preparó el banquero con lo que sabía sobre el IOR, como seguro de vida para que fuera utilizado si le pasaba algo, fue entregado ayer por los fiscales a la Guardia de Finanza, la Policía financiera. Quizá salgan a la luz los secretos del banco vaticano, siempre inexpugnable a la Justicia italiana. El IOR, que sirve para gestionar ágilmente el dinero de la Iglesia católica y moverlo hacia las misiones y obras de caridad en todo el mundo, ha tenido siempre una parte oscura. Lo permiten sus cuentas sin nombre y sin recibo y estar al margen de la ley. Gotti Tedeschi quería acabar con esta mala fama, adecuarlo a las reglas internacionales y meterlo en la ‘lista blanca’ de la OSCE.

Gotti Tedeschi, de misa diaria, cercano al Opus Dei y amigo de Benedicto XVI, que le fichó en 2009 para sanear el IOR, relató a los fiscales que en esa tarea ha chocado con el secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone, y con su hombre en el banco, el director general, Paolo Cipriani. “He sido combatido porque quería transparencia, sobre todo en algunas cuentas”, dijo Gotti Tedeschi a los magistrados, según el ‘Corriere’, aunque su abogado precisó ayer que no ha hecho declaraciones y no se le pueden atribuir  entrecomillados. El banquero se mueve con pies de plomo.

Tras casi cuatro días de silencio, pese a la gravedad de lo que sale a la luz, anoche por fin habló la Santa Sede a través de un comunicado a la defensiva muy medido, en el que mostraba su “sorpresa y preocupación por los recientes asuntos en los que se ha visto involucrado el Prof. Gotti Tedeschi”. El Vaticano dijo confiar en que la Justicia italiana respetará “las prerrogativas soberanas reconocidas a la Santa Sede del ordenamiento internacional”, una forma de recordar, entre otras cosas, que el Papa es un jefe de Estado y si hay cartas suyas o que le conciernen deben ser tratadas como tales. El texto también subraya que la destitución de Gotti Tedeschi se ha debido a “motivos objetivos” sobre su gestión y no a “una presunta oposición a la línea de transparencia, que es más, es muy importante para la Santa Sede”. En ese sentido, el Vaticano confirma de nuevo su “plena confianza” en los responsables y empleados del IOR y anuncia que no descarta acciones legales para proteger sus derechos.

El dossier de Gotti Tedeschi tiene 200 páginas, con cartas y correos electrónicos, y debía llegar a cuatro personas si le pasaba algo. Un amigo, un abogado y el periodista del ‘Corriere’ Massimo Franco, conocido cronista político que últimamente se ocupaba del escándalo ‘Vatileaks’. Ahora se comprende por qué. Todo apunta que Gotti Tedeschi era una de sus fuentes privilegiadas. El cuarto destinatario es especial: era Benedicto XVI, lo que aumenta la sensación de que podía ignorar lo que sucedía en el IOR, o que su entorno se lo ocultaba. Por eso Gotti Tedeschi en los últimos meses de enfrentamiento con Bertone prefería informarle directamente.

Pero el dossier ha acabado en la Fiscalía de Roma, que investiga el IOR desde 2010, así como un armario de 47 archivadores sobre la actividad de Gotti Tedeschi en el IOR y en la filial italiana del Banco Santander, que dirige desde 1992. Surgen del registro del martes en su casa y su despacho, ordenado por la Fiscalía de Nápoles por otro asunto, un caso de corrupción en la compañía pública Finmeccanica. Le tocaba de refilón por su amistad con un dirigente, aunque cabe pensar que también se quería llegar a este material.

Se trata de un hito. El Vaticano nunca ha colaborado con los magistrados italianos y el mismo monseñor Marcinkus, el director del IOR en el escándalo de los ochenta y el único de sus protagonistas que salió vivo -el mafioso Michele Sindona murió por un café al cianuro en la cárcel-, burló los tribunales por su inmunidad y murió en Arizona en 2006. Esta impunidad empezó a declinar en 2003 con una sentencia del Supremo italiano que legitimó el control del IOR en Italia, y también por la marcha en 2005 del gobernador del Banco de Italia, Antonio Fazio, católico ultraconservador. La entidad dejó de hacer la vista gorda y en 2010 la Fiscalía de Roma secuestró 23 millones del IOR por transferencias sospechosas de blanqueo de dinero. Puso bajo investigación a Gotti Tedeschi y Cipriani. El caso sigue abierto. En otro expediente examina quince operaciones más y las cuentas de una decena de sacerdotes. El interrogatorio de Gotti Tedeschi dará lugar a un tercer filón.

 

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