El escritor uruguayo Mario Levrero (1940-2004) murió hace once años y sigue siendo un autor poco conocido a este lado del Atlántico. Literatura Random House publica ahora varios volúmenes con su obra y uno de ellos es este que reúne dos novelas cortas: Fauna y Desplazamientos.

En la primera de ellas, el narrador recibe de una bella mujer el encargo de localizar y atender a su hermana, que al parecer sufre un trastorno peligroso. La búsqueda no es demasiado complicada, pero el personaje resulta más extraño de lo previsto, asegura no tener ninguna hermana y parece estar protegida por un ser siniestro que comienza a amenazar al protagonista mediante notas anónimas. Todo tiene un aire irreal a veces, y extremadamente real otras, hasta el desenlace.

En Desplazamientos, el protagonista ha heredado un edificio en el que residen de alquiler un puñado de inquilinos unidos por el denominador común de una escasa fortuna en su vida. Al ir a cobrar el alquiler, el nuevo propietario irá intimando con los inquilinos, trabando amistad con algunos y obsesionándose sexualmente con una mujer cuya sombra es una hermana mucho menos agraciada en lo físico pero con la que es más fácil entablar un diálogo más allá de lo convencional.

Levrero esquiva aquí el relato lineal y hace volver la trama al pasado en varias ocasiones, para discurrir por otro sendero, un juego que parece remitir a Borges, y en algunos momentos a Cortázar y Kafka. Hay en ambas novelas un humor que discurre de forma subterránea, una autoparodia que requiere de una lectura atenta y cómplice. Algunos críticos incluyeron a este autor en un grupo que en su país denominaban ‘los raros’ y que se vinculó con el surrealismo. Estas dos novelas dan fe de ello.

(Publicado en elcorreo.com)