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César Coca

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Una entrevista con Antonio Fontán

Ha muerto Antonio Fontán. Las necrológicas oficiales se refieren a él como el primer presidente del Senado en democracia, pero yo quiero destacar que fue el fundador del periódico Madrid, que el Gobierno de Franco primero cerró y más tarde dinamitó, literalmente. Fontán era un liberal en el sentido más noble de la palabra y hombre de gran cultura y afabilidad.

Tuve la suerte de entrevistarlo para este periódico a mediados del año 2000, cuando fue objeto de un homenaje por haber sido reconocido como una de las 50 personalidades más relevantes del mundo en el terreno de la defensa de la libertad de expresión. Hablamos sobre todo de cultura y educación. Me parece que todo lo que dijo sigue hoy vigente. Les reproduzco la entrevista en su totalidad.

ANTONIO FONTÁN

«El fomento de la cultura es uno de los primeros deberes de la democracia»

«Es preciso que se incremente la lectura en los chicos de 10 a 20 años»

El intelectual sevillano, una de las 50 personalidades más relevantes del mundo en la defensa de la libertad de expresión, según el IPI, recibe hoy un homenaje


Antonio Fontán fue presidente del Senado, ministro y diputado. Estaba en su escaño el 23 de febrero de 1981 cuando Tejero irrumpió en el Congreso. Había pasado apenas una década desde que el Gobierno cerrara primero el diario ‘Madrid’, que él había dirigido, y ordenara más tarde la voladura del edificio. Hoy, este intelectual autor de una notable obra escrita, que preside el Real Patronato de la Biblioteca Nacional, recibirá un homenaje en el Senado por haber sido elegido por el Instituto Internacional de Prensa (IPI) una de las 50 personalidades más relevantes del mundo en la defensa de la libertad de expresión. Un reconocimiento a añadir al que le ha rendido también en los últimos días un congreso sobre ‘Los humanistas alcañizanos y su tiempo’, celebrado en la localidad turolense. De cultura y periodismo, dos de sus grandes pa siones, habla en esta entrevista.
-¿Cuál es su diagnóstico sobre el estado de la enseñanza de las Humanidades en España?
-Las Humanidades disfrutan de un profesorado competente, pero que está infrautilizado. El sistema educativo estará equivocado si se baja el nivel de exigencia o no se facilita una mejor enseñanza. Precisamente estos días, en Alcañiz, hemos elaborado un manifiesto en el que pedimos que las enseñanzas técnicas no desplacen a las Humanidades, porque son éstas las que fomentan el espíritu crítico. Lo que sucede es que en su reforma se ha convertido en elemento de litigio lo que debería ser objeto de consenso.
-¿Se refiere a las presiones autonómicas para adaptar contenidos a sus peculiaridades?
-Sí, a veces son presiones de corte nacionalista basadas en la existencia de una lengua propia o en la interpretación de la Historia. Creo que algunas argumentaciones son erróneas, porque dentro de la Historia de España está la de Cataluña, por ejemplo. Es lógico que, a la hora de estudiar la Edad Media, en Cataluña se preste más atención a los hechos de la Corona de Aragón que a los de la de Castilla, y al revés. Pero es intolerable que en una autonomía estudien de forma exhaustiva sus ríos y olviden el Duero. Eso crea un cierto paletismo del que luego la gente afortunadamente escapa, pero que rebaja el nivel cultural de la comunidad.
-¿Qué papel deben jugar las Humanidades en la actual sociedad supertecnológica?
-Las Humanidades sitúan al ser humano en su contexto, nos dicen de dónde venimos, qué somos, cómo interpretamos el mundo. La lengua y la literatura, por ejemplo, desarrollan la imaginación. Y el latín, dado el origen de nuestra lengua, nos permite tener una familiaridad con ella, conocer las raíces de nuestra cultura.

El futuro del libro

-¿Qué futuro tendrá el libro en la educación y el ocio de nuestros hijos y nuestros nietos?
-Este país necesita que se incremente la lectura en el tramo de entre 10 y 20 años. Eso requiere disponer de lecturas adecuadas. Ahora bien, los libros escolares son cada vez más atractivos, entran más por los ojos. La generalización de la enseñanza supone, además, que llegan a ella hijos y nietos de personas que no tuvieron ningún estudio. Eso explica que ahora se vendan muchos más libros que hace 40 años, cuando casi no había televisión. No veo incompatibilidad entre el uso de los nuevos medios y la lectura.
-¿Son los jóvenes de hoy más cultos o más incultos que los de hace dos o tres décadas?
-Los universitarios de hoy son mucho más numerosos, y por eso no se pueden comparar directamente con la minoría de antes. De todas formas, los buenos estudiantes son probablemente mejores, porque han viajado más, saben más idiomas. No soy pesimista sobre la formación de nuestros jóvenes, aunque creo que es preciso fomentar la exigencia. La vida moderna es competitiva, cruelmente competitiva a veces, y eso obliga a mejorar.
-¿Se interesan los poderes públicos por la cultura? Muchos intelectuales y artistas creen que sólo se interesan por lo popular, de efectos electorales inmediatos…
-Los poderes públicos hacen mucho, pero tienen el deber de hacer mucho más. Administran un pa trimonio que es de todos. Todo lo que se haga, por ejemplo, por difundir nuestros grandes monumentos literarios no será más que devolver a la sociedad lo que es suyo. El fomento de la cultura es uno de los primeros deberes de la democracia. Y bien explicada, es una buena baza electoral: a todo el mundo le encanta saber más y disfrutar más.
-¿Cómo juzga que el deporte sea de ‘interés general’ y se televise para todos, y los libros y otros productos culturales sigan pagando IVA?
-No es incompatible ver fútbol en una cadena no codificada y tener acceso a la cultura. Sí es verdad que estaría muy bien una política de fomento de la cultura, pero no sé si la supresión del IVA que muchos piden es la solución. Más interesante me parece aumentar el número y la dotación de las bibliotecas. Y su modernización: yo acabo de quedar impresionado por la organización de la de Alcañiz, cuyos horarios de apertura no coinciden con los de trabajo de la gente. En otras cosas estamos ciertamente cortos, como en conservatorios. Pero la acción del Gobierno tiene que ir más por la vía del fomento que por la de las exenciones fiscales.
-¿Qué papel juegan las fundaciones culturales en España?
-Desvían hacia la cultura recursos procedentes del ahorro o del beneficio. Ahora, sería conveniente una modificación legislativa que fomentar el mecenazgo en mayor medida, como se hace en otros países.