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César Coca

Divergencias

La heroína Miep Gies y sus ocho inquilinos

Llevo un par de días leyendo muchas páginas sobre la Alemania nazi y el drama de los judíos durante los años treinta y cuarenta, así que la muerte de Miep Gies ha sido como un aldabonazo.

Era una heroína. No hay otra forma de calificar a esta mujer que se arriesgó hasta el límite para salvar a ocho personas: Ana Frank, sus padres y su hermana, que se encerraron en la casa de atrás el 8 de julio de 1942; los tres miembros de la familia Pels (el matrimonio y el hijo adolescente), que llegaron unos días más tarde, y el doctor Pfeffer, un amigo de los Frank, que se encerró con ellos en noviembre. Allí estuvieron todos hasta el 4 de agosto de 1944, cuando fueron descubiertos debido a una denuncia anónima.

Durante todo ese tiempo, Miep Gies fue su contacto con el mundo y la persona que les proporcionó alimentos, medicinas e incluso lápices, libros y cuadernos. Lo hizo con abnegación y eficacia y de no haber sido por esa infame delación habría conseguido salvar a sus ocho inquilinos. No lo logró (sólo el padre de Ana Frank sobrevivió a los campos de exterminio) pero al menos puso a buen recaudo el diario de la adolescente, un documento que es ya un símbolo.

Ya he contado en este blog que el pasado verano estuve en la casa de Ana Frank. En el audiovisual que pueden ver los visitantes habla Miep Gies. Allí seguirá. Mostrando a los silenciosos turistas que recorren las habitaciones con el alma encogida que existe el verdadero heroísmo y que con frecuencia consiste en salvar vidas sin causar daño a nadie.

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