>

Blogs

César Coca

Divergencias

Un héroe infantil

Superman siempre me ha parecido un héroe infantil. Es un personaje de
cómic que te gusta cuando eres niño y crees en el bien absoluto y en
que alguien puede ser invencible. Con un par de desengaños uno prefiere
buscar a personajes que sufren y que saben  que, para hacer el
bien, a veces hay que ser malo. (Igual la madurez no es más que eso)
Cuando se experimenta la debilidad de verdad, Superman deja de ser
interesante porque nadie, nadie, puede ser tan invencible. Inventaron
la Kryptonita para intentar humanizarlo pero todos sabemos que esa
piedra verde es algo casi imposible de encontrar. ¿Y a quién le
interesa lo que le pase a alguien que no puede ser derrotado?

En la fabulosa novela de Michael Chabon ‘Las asombrosas aventuras de
Kavalier and Clay’ -que describe los orígenes del cómic de superhéroes-
se habla algo de esto cuando se describe a dos adolescentes judíos,
atormentados por el avance de los nazis en Europa, que dibujan un
superhombre que haga frente a Hitler. Y para crearlo mezclan ideas como
el Mesías y la magia de Houdini. Necesitaban un bien total capaz de
hacer frente a la maldad definitiva.

Todo esto viene a cuento del inminente estreno de la película ‘Superman
Returns’. Como en anteriores entregas, siempre pienso que Hollywood se
ha equivocado de actor por no querer afrontar el hecho definitivo:
Superman no es humano. Después de todo, en las viñetas casi nunca ríe y
su presencia es devastadora. Ni Christopher Reeves ni el actual Brandon
Routh son capaces de transmitir ese poder que está por encima de la
propia existencia de la Tierra. Creo que el único que, quizás, podría
haber interpretado a Superman es Clint Eastwood de joven. No por su
cuerpo, sino por su rostro. Su cara se convierte a veces en la máscara
con las que grandes conceptos como la Venganza, el Dolor o la Piedad se
representan ante los confusos y desamparados humanos.

Temas