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El afortunado lenguaraz

El propietario de los Mavericks de Dallas, Mark Cuban, saca a brillo a su primer título de campeones de la NBA/ LWS26. DALLAS (EEUU), 16/06/2011.- El propietario de los Mavericks de Dallas, Mark Cuban, saca a brillo a su primer título de campeones de la NBA, en el American Airlines Center de Dallas, Texas, EEUU, el 16 de junio de 2011. EFE/Larry W. Smith TELETIPOS_CORREO:SPO,SPO,%%%,%%%
 El propietario de los Mavericks de Dallas, Mark Cuban, saca a brillo a su primer título de campeones de la NBA.

El propietario de los Mavericks de Dallas, Mark Cuban, saca a brillo a su primer título de campeones de la NBA

Plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo. Son las tres cosas que, según la cita atribuida al poeta cubano José Martí, debe hacer una persona para dejar la impronta de su paso por el mundo de los vivos.

Mark Cuban ha modificado para sí estos tres principios y los ha transformado en actos más materiales e inmediatos. Convertirse en millonario, ser famoso y poseer una franquicia deportiva han sido los objetivos y motivaciones vitales del dueño de los Dallas Mavericks desde que, siendo un crío, ya convencía a sus amigos para que vendieran las golosinas que compraba a cambio de un par de caramelos, mientras él se quedaba con los beneficios. Fue la primera demostración de su olfato para los negocios. Como cuando, con apenas 16 años, aprovechó una huelga en el periódico de su Mount Lebanon natal y recorrió los 225 kilómetros que le separaban de Cleveland para llenar su coche de otro diario local ,asaltando las máquinas expendedoras -pagaba por uno pero se llevaba todos los que podía-, para revenderlos, de vuelta a casa. Incluso regentó un bar en su etapa universitaria en Indiana cuando ni siquiera tenía edad para tomar bebidas alcohólicas.

Tras crear y traspasar con pingües beneficios varios prósperos negocios, a sus 55 años, Cuban es el dueño, entre otras empresas, de HDNet -una cadena de alta definición por satélite-. Pese a su dogma de ahorrar al máximo y no emplear la tarjeta de crédito, salvo en casos excepcionales, no escatimó a la hora de pagar 285 millones de dólares por los Mavericks en el año 2000. Así, la NBA conoció al más excéntrico, extravagante y particular propietario de una de sus franquicias.

En Texas ha conseguido la fama que tanto persiguió y que le llevó a Los Ángeles para intentar labrarse un futuro como actor. En Dallas se ha ganado una merecida reputación de lenguaraz y su habitual e irreverente incontinencia verbal ha sido castigada con importantes multas. El comisionado David Stern le sancionó con medio millón de dólares por criticar al comité de árbitros y comparar la sencillez de su funcionamiento con el de una heladería. Cuban no solo se rascó el bolsillo, sino que donó la misma cantidad a obras benéficas.

Adalid de las causas sociales

Ni el ansiado anillo logrado en 2011 de la mano del alemán Dirk Nowitzki ha frenado su afán de protagonismo, y ya ha lanzado su última bomba. Pretende seleccionar a Brittney Griner en el próximo ‘draft’ para darle la oportunidad de que se convierta en la primera mujer en debutar en la NBA. La base Ann Mayer llegó a entrenar con los Pacers durante unos días en 1980, pero no llegó a debutar. La fantástica universitaria de Baylor tiene un físico envidiable -2,03 metros de altura y más de 2,20 de envergadura- y una facilidad asombrosa para machacar el aro, pero la decisión del multimillonario ya ha sido duramente criticada.

Griner es una pívot dominante, llamada a colarse en el Olimpo de las más grandes de la historia, pero en la NBA se encontraría con la adversidad de que cualquier interior le superaría en altura y kilos. Por ejemplo, el español Pau Gasol, uno de los postes con más talento, visión y movilidad de la liga, pero no de los más pesados, mide 2,13 metros y pesa 114 kilos. Incluso la gran mayoría de jugadores exteriores -como LeBron James (2,03 metros y 113 kilos) o Kevin Durant (2,06 metros y 106 kilos)- le superarían. Además, la mejor competición de baloncesto del mundo es también la más física y cuenta con atletas acostumbrados a jugar por encima del aro y con autenticas torres especializadas en frenar con métodos expeditivos a las figuras del rival. Por eso, europeos sobresalientes como Dejan Bodiroga no se decidieron a dar el salto a la liga americana y prefirieron la seguridad del Viejo Continente, con ligas más tácticas y menos agresivas. Otros como el recordado Drazen Petrovic solo destacaron cuando desarrollaron su potencia muscular.

Griner lo tendrá difícil, pero Cuban ha decidido convertirse en el adalid de las causas sociales en la NBA y, además de apostar por una mujer en el ‘roster’ de Dallas, también ha mostrado su apoyo a los deportistas homosexuales y ha señalado que estaría encantado de que el primer jugador abiertamente gay formara parte de su equipo. Pese a los intentos de la liga por eliminar comportamientos homófobos con sanciones ejemplares -Kobe Bryant fue castigado con 100.000 dólares en 2011 por llamar «jodido maricón» a un árbitro y Joakim Noah con 50.000 por insultar de la misma manera a un espectador- solo John Amaechi se ha atrevido a salir del armario. Y lo hizo años después de retirarse en su libro ‘Man in the middle’. Figuras como Steve Nash o Grant Hill defienden abiertamente la naturalidad para hablar y la estrella Charles Barkley desveló que compartió vestuario con compañeros gays en varios equipos, pero declaraciones como la del ‘All-Star’ Tim Hardaway, que reconoció «odiar» a los homosexuales y afirmó en 2007 que «no deberían estar en el mundo», o los hirientes comentarios de Allen Iverson en sus canciones de rap, impiden que se llegue a la normalización por la que apuesta Cuban.

Mark Cuban, el excéntrico propietario de los Mavericks, pretende fichar a una jugadora y muestra su deseo de Dallas fuera el primer equipo con un jugador abiertamente homosexual

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